PASAJE BÍBLICO

1 Corintios 13:1-13

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

Corintio era una ciudad rica e importante en el istmo (franja estrecha de tierra) que separa el norte del sur de Grecia. El Apóstol Pablo pasó allí 18 meses durante su Segundo Viaje de Misionero y fundó allí una iglesia. La obra de Pablo en Corintio durante este tiempo se relata en Hechos 18 en bastante detalle.

Al terminar su visita a Corintio, Pablo se marchó para visitar Éfeso, Jerusalén, Antioquía, y Galacia (Hechos 18:18-23). Después de salir de Corintio, Pablo escribió una carta a los cristianos de Corintio avisándoles, “no os envolváis con los fornicarios” (5:9), pero esa carta se ha perdido.

Pablo escribe esta carta para responder a un informe de la gente de Cloé sobre los problemas que hay en la iglesia de Corintio (1:11). En esta carta responde a estos problemas por medio de enseñanza apostólica.

En capítulos 8-10, Pablo trató el tema de comer alimentos que se habían sacrificado a los ídolos.

En capítulo 11, trató temas relacionados con el cubrirse la cabeza (vv. 2-16) y abusos relacionados con la Cena del Señor (vv. 17ff).

En capítulos 12-14, Pablo se dirige al tema de los dones espirituales. En lugar de celebrar los dones concedidos a cada uno de ellos, los cristianos corintios se han vuelto orgullosos de sus propios dones y desdeñosos hacia los dones de los demás. Entonces, los dones espirituales se han convertido en una fuerza divisora entre ellos (12:12:31).

Pablo concluye capítulo 12 diciendo, “mas aun yo os muestro un camino más excelente” (12:31b) – palabras que introducen lo que nos va a decir acerca del amor en capítulo 13. La mayor parte de eruditos concuerda en que la interrupción en el capítulo es desafortunada – “mas aun yo os muestro un camino más excelente” verdaderamente debe ser el comienzo de capítulo 13 en lugar de ser el final de capítulo 12.

1 CORINTIOS 13:1-3: SI YO HABLASE LENGUAS HUMANAS Y ANGÉLICAS

1Si yo hablase lenguas humanas (griego: anthropos – hombres, humanos) y angélicas, y no tengo caridad (griego: agape – amor), vengo á ser como metal que resuena (griego: echon chalkos), ó címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad (griego: agape – amor), nada soy. 3Y si repartiese (griego: psomiso) toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad (griego: agape – amor), de nada me sirve.

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas” (v. 1a). En esta carta a la iglesia corintia, Pablo de nuevo se dirige a temas relacionados con el don de lenguas (12:10, 28, 30; 13:1; 14:2, 4-25), haciéndonos pensar que son temas particularmente serios en Corintio. Aparentemente, algunos cristianos corintios piensan que hablar en lenguas es el más alto de los dones, y se han vuelto orgullosos de su habilidad de hablar en lenguas. En capítulo 14, Pablo habla de esto en bastante detalle para darle perspectiva a este don. Profecía, no hablar en lenguas, es el don superior (14:1-5). Hablar en lenguas que nadie puede descifrar no beneficia a la iglesia (14:6-12). El que hable en lenguas “pida que la interprete” (14:13), porque hablar así sin una interpretación no rinde fruto (14:14).

En esta lista de dones (12:4-10, 28), Pablo sitúa el don de hablar en lenguas y su interpretación en último lugar. La primera mitad de capítulo 14 la dedica a dar consejos relacionados con del don de lenguas – mucho más espacio del que dedica a hablar de problemas asociados con otros tipos de dones espirituales. En ese capítulo, Pablo deja claro que el don de profecía es superior al don de hablar en lenguas (14:2-5, 20-25). En otro lugar provee una lista de dones sin mencionar el don de lenguas (Romanos 12:6-8; Efesios 4:11-12).

“y no tengo caridad” (agape – amor) (v. 1b). En inglés, la palabra “amor” tiene varios significados:

• Amor romántico o sexual.

• Amistad – afecto.

• Preocupación por el bienestar de otra persona.

• Una simple expresión de entusiasmo (“Me encanta el chocolate”).

Estas diferencias nos pueden confundir. Por ejemplo, alguien que dice “te amo” puede querer decir que él o ella solamente busca satisfacer sus necesidades sexuales (u otras necesidades como la seguridad). Esto es muy diferente a una persona cuyo amor por alguien primeramente se preocupa por su bienestar.

La lengua griega resuelve estas ambigüedades utilizando tres palabras diferentes para “amor” – eros, philos, y agape.

Eros es el amor romántico o sexual.

Philos es el amor de hermandad – amistad – compañerismo.

Agape tiene que ver con la preocupación por el bienestar de la otra persona.

Eros no se utiliza en el Nuevo Testamento.

Philos y su forma verbal, phileo, aparecen 55 veces en el Nuevo Testamento (Turner, 175) y se usan para expresar el afecto que una persona siente por otra (Mateo 10:37; Lucas 14:12; Juan 11:3, 11) y el amor de Dios por su pueblo (Juan 16:27) – a pesar de esto, agape y agapao se usan más frecuentemente para referirse al amor de Dios.

Agape y su forma verbal agapao aparecen 253 veces en el Nuevo Testamento (Turner, 175). Se utilizan para hablar del amor que Dios tiene por su gente (Romanos 5:8; 1 Juan 4:8) y para el amor que una persona siente hacia otra (1 Corintios 13). Cuando Jesús dice que los dos mandamientos más importantes son “ama al Señor tu Dios” y “ama a tu prójimo como a ti mismo,” utiliza el verbo agapao en lugar de phileo. En su gran capítulo de amor (1 Corintios 13), Pablo usa agape exclusivamente.

Amor agape se trata tanto de “hacer” como de “sentir.” Requiere acción. Requiere que demostremos nuestro amor de una manera práctica. Una persona que ama con agape hará lo posible por alimentar a los hambrientos – por dar de beber a los sedientos – por extenderle la bienvenida a un extranjero – por vestir al desnudo – y por visitar al enfermo y al preso (Mateo 25:31-46). Estas acciones son las que debemos seguir si de verdad amamos a los demás con amor agape.

“vengo á ser como metal que resuena (echon chalkos), ó címbalo que retiñe” (v. 1c). Echon es un sonido alto, y chalkos es metal, como el cobre o el latón. “Metal que resuena” es una buena traducción. Pablo dice que hablar en lenguas, sin amor, solamente hace ruido. Aunque un gran ruido puede tener propósito, el ruido alto y constante solamente irritan y distraen.

“Y si tuviese profecía” (v. 2a). Como se anota arriba, Pablo separa la profecía como don superior (14:1-5), segunda solo al apostolado (12:28) – pero profecía sin amor no tiene valor y no le atribuye nada al profeta.

“y entendiese todos los misterios y toda ciencia” (v. 2b). Recuerde que Corintio es una ciudad griega y que los griegos premian la filosofía, la ciencia, la sabiduría, y los misterios. Como se utilizan aquí, los misterios tienen que ver con los secretos que Dios ha decidido revelarnos.

Aquí, la sabiduría (ciencia) tiene que ver con el conocimiento especial que Dios concede – un entendimiento espiritual. Ese tipo de sabiduría es un gran don, pero puede tener la tendencia de “hinchar” (physioi – hinchar de orgullo) a la persona que la posee (8:1) – como les ha pasado a estos cristianos corintios. Aunque la sabiduría en servicio a los demás puede ser buena, gente que utiliza su sabiduría para marcar su superioridad o dominancia sobre otros no actúa según la voluntad de Dios. Esta gente solo termina con una opinión hinchada de si misma que no ayuda a nadie.

Anote que Pablo usa tres veces la palabra “todos” – “todos los misterios y toda ciencia… toda la fe.” Aquí se refiere al control completo de los misterios, la sabiduría, y la fe – como si se tuviera un doctorado en estos tres sujetos. No importa cuan completo sea el control sobre ellos, si estas virtudes carecen de amor, no transmiten ningún valor al que los domina.

“y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes” (v. 2c). Este lenguaje vino de Jesús, que dijo, “Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho” (Marcos 11:22-23). Qué poder tan maravilloso basado en la fe. De todos modos, si la fe carece de amor no beneficia nada al que la tenga.

“y no tengo caridad (agape – amor), nada soy” (v. 2d). Pablo dice que, sin amor, ninguna de estas cosas – el entender de los misterios, la sabiduría, o hasta una fe poderosa – atribuye ningún valor al que los tenga.

Recuerde que Pablo no está hablando de cualquier tipo de amor. Habla de agape, que se preocupa por el bienestar de otro y que actúa para ayudar al ser querido. Si no tenemos ese tipo de amor activo y generoso, no somos nada.

“Y si repartiese (psomiso) toda mi hacienda para dar de comer a pobres” (v. 3a). La palabra griega psomiso está relacionada con la palabra psomos, “una porción o pedazo de comida, particularmente de pan” (Zodhiates, 1496). Pablo la usa para hablar de alimentar al enemigo hambriento (Romanos, 12:20). Cuando Pablo habla aquí de repartir todo lo que posee, implica que la caridad se hace por el bien de los pobres – alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, etcétera. En Mateo 25:31-46 Jesús dejó claro que valora estas acciones, y que la persona que las cumple será recompensado (véase también la historia del joven rico en Marcos 10:17:22). Sin embargo, Pablo dice que dar a los necesitados no confiere nada al que da si lo hace sin amor.

“y si entregase mi cuerpo para ser quemado” (v. 3b). Otros manuscritos dicen, “si entregase mi cuerpo por vanagloria,” que podría sugerir venderse a la esclavitud y dar las ganancias para los pobres. Aquí, “si entregase mi cuerpo para ser quemado” sugiere una entrega de mártir para morir en el fuego.

Los argumentos a favor de cada opción son complejos, pero no se necesitan exponer aquí. Cualquier opción que escojamos trata del supremo sacrificio – entregarse a si mismo por completo y sin reservas.

“y no tengo caridad (agape – amor), de nada me sirve” (v. 3c). Pero Pablo dice que hasta un gran sacrificio, si carece de amor, no beneficia nada a la persona. Es decir, Dios no recompensará a los que hacen un sacrificio si lo hacen sin amor. Esto ha de ser una advertencia para aquéllos que esperan comprarse un puesto en el cielo simplemente porque dan a la caridad. Ese tipo de caridad, basada en razones egoístas en vez de amor, no traerá ningún beneficio.

1 CORINTIOS 13:4-7: LA CARIDAD RESISTE TODAS LAS COSAS

4La caridad es sufrida (griego: makrothymei), es benigna (griego: chresteuetai); la caridad no tiene envidia (griego: zeloo), la caridad no hace sinrazón (griego: perpereuetai), no se ensancha (griego: physioutai); 5No es injuriosa (griego: aschemonei), no busca lo suyo (griego: paroxynetai), no se irrita, no piensa el mal; 6No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; 7Todo lo sufre (griego: stegei), todo lo cree (griego: pisteuei), todo lo espera (griego: elpizei), todo lo soporta (griego: hypomenei).

“La caridad es sufrida” (makrothymei) (v. 4a). La palabra griega makrothymei se deriva de dos palabras – macros (largo) y thumos (ira). Ser makrothymei significa sufrir mucho tiempo – endurar irritaciones sin permitir que la ira surja en retaliación.

Este tipo de paciencia es una de las características de Dios que es “misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad (hebreo: hesed) y verdad” (Éxodo 34:6). Este amor hesed nace del compromiso de Dios hacia el pacto que ha hecho con Israel. En muchos casos, Yahvé castigó a Israel por sus pecados – pero siempre en forma de disciplina diseñada para promulgar el arrepentimiento y no como un castigo diseñado para destruir. Yahvé siguió volviendo – siguió encontrando maneras para restaurar Israel – siguió amando.

Ahora Dios nos pide expresar este mismo tipo de amor uno hacia otro. Un amor que sufre por mucho tiempo.

“es benigna” (chresteuetai) (v. 4b). La palabra chresteuetai, como la palabra agape, es una palabra de acción. Esta palabra implica ser una persona que ayuda – que hace buenas obras. La paciencia de versículo 4a se refiere a la moderación – la restricción de una acción negativa. La caridad de versículo 4b se refiere a la acción – moverse hacia la resolución de un problema, compartir una carga, o proveer por alguna necesidad.

“la caridad no tiene envidia” (zeloo) (v. 4c). La palabra zeloo está relacionada con nuestra palabra celo, que puede ser positivo o negativo. En el contexto de este versículo, sugiere un deseo intenso por lo que le pertenece a otro – envidia o celos o codicia. Una persona que cae ante zeloo no puede amar a otro, porque zeloo genera sentimientos negativos. Zeloo y agape son como agua y aceite. No pueden vivir juntos.

“la caridad no hace sinrazón” (perpereuetai) (v. 4c). La persona que se enfoca en el bienestar de otra persona no puede, al mismo tiempo, ser codiciosa o egoísta. De nuevo, el amor y la codicia son como agua y aceite. No pueden vivir juntos.

Entonces, el que ama con amor agape tratará de elevar al prójimo en lugar de elogiarse a si mismo y sus propios logros.

“no se ensancha” (physioutai) (v. 4d). Esta palabra a veces se traduce como “inflado” (4:6). La persona que ama a los demás con amor agape ayudará a la otra persona a crecer en vez de inflar su propia reputación.

“No es injuriosa” (aschemonei) (v. 5a). Parece extraño que esta palabra aparezca en versículo 5 y no en versículo 4. Funciona mejor con “sinrazón o ensanchar” que con las palabras que la siguen.

La palabra aschemonei tiene que ver con un comportamiento “feo, indecente, impropio o indecoroso.” La a al principio de la palabra es como un no. Entonces, aschemonei es el opuesto de euschemon, lo cual se refiere a un comportamiento apropiado (Zodhiates, 283).

Las acciones de los cristianos corintios en la Cena del Señor son ejemplo de un comportamiento aschemonei (11:17-22). Los que tienen comida comen mientras los que no la tienen pasan hambre. Algunos se emborrachan del vino de la comunión. Al hacer estas cosas muestran desprecio hacia la iglesia y humillan a los necesitados a su alrededor.

“no busca lo suyo” (v. 5b). La persona que ama con amor agape no puede, al mismo tiempo, ser egoísta y basarse en sus propias prerrogativas. Amor agape y el egoísmo son mutuamente exclusivos.

“no se irrita, no piensa el mal” (paroxynetai) (v. 5c). La palabra paroxynetai tiene que ver con sentirse irritado o provocado a la ira. No irritarse o resentir se relacionan con la paciencia. La persona que no se irrita o resiente no tiene mal genio – no guarda resentimientos.

De nuevo, ésta es una característica de Dios, que sufre por mucho tiempo y que nos llama a emular su comportamiento.

“No se huelga de la injusticia” (v. 6a). Hay algo dentro de nosotros que disfruta al ver a alguien resbalarse sobre una cascara de plátano. Hay algo dentro de nosotros que disfruta de ver que un negociante poderoso ha sido arrestado. Tenemos algo por dentro que se alegra al ver como una persona arrogante queda humillada, o al ver defraudada a una persona poderosa. Llevamos algo por dentro que disfruta del cotilleo.

Pero aunque ninguna de estas actitudes nos ha sido implantada por Dios, sí demuestran nuestra naturaleza pecadora. La persona que ama con amor agape disfruta junto aquéllos que gozan y lamenta con los que lamentan.

“mas se huelga de la verdad” (aletheia) (v. 6b). La palabra aletheia generalmente se refiere a algo que es verdad en lugar de falso. En este contexto, sin embargo, se refiere a un comportamiento verdadero hacia los estándares de Dios – un comportamiento justo. El que ama con amor agape no disfruta al ver a otro caer, sino que goza cuando esa persona hace el bien.

“Todo lo sufre” (stegei) (v. 7a). Pablo nos ha estado diciendo todo lo que el amor agape no hace. Ahora nos dice lo que sí hace. Primero, amor y caridad agape sufre todas las cosas. El verbo stego tiene dos significados en el Nuevo Testamento. El primero es cubrir o esconder algo. El segundo es abstenerse o endurar. Aquí, seguramente se usa el segundo significado.

“todo lo cree” (pisteuei) (v. 7b). El verbo pisteuo viene de pistis (fe) y significa creer en algo o en alguien – confiar. La persona que “todo lo cree” es lo contrario de un escéptico que vive siempre dudando o no creyendo. El que ama con amor agape es optimista y tiende a pensar lo mejor en lugar de lo peor de la gente.

“todo lo espera” (elpizei) (v. 7c). La persona que ama con amor agape no se rinde fácilmente de otra persona. Puede que reconozca que existe un problema, pero tiene esperanza de resolverlo. Se mantiene optimista y con actitud positiva en lugar de pesimista y negativa.

“todo lo soporta” (hypomenei) (v. 7d). El verbo hypomenei viene de dos palabras griegas – hypo (debajo) y meno (permanecer). Sugiere el permanecer agachado en una postura defensiva que supera y persevera ante dificultades.

Con estos versículos surge una pregunta pastoral. ¿Existe un punto tras el cual una persona cariñosa no debe sufrir, creer, esperar, y soportar? ¿Y qué de la persona casada con un alcohólico o un drogadicto o un adúltero o un jugador crónico o una persona violenta y abusiva? ¿Hay un punto en el cual Dios no espera que esta persona tenga que sufrir, creer, esperar, y soportar?

Primero, déjeme anotar que MacArthur ve las cuatro características mencionadas en estos versículos como “hipérbole, exageraciones para transmitir un punto. Pablo dejó claro que el amor rechaza los celos, el orgullo, la arrogancia, la impropiedad, el egoísmo, la ira, el resentimiento, y la falta de rectitud. No sufre, cree, espera, o soporta las mentiras, la falsa enseñanza, o cualquier otra cosa que no sea de Dios. Al decir “todo,” Pablo está hablando de todas las cosas aceptables bajo la justicia y la voluntad de Dios, de todo lo que cae dentro de la tolerancia divina del Señor” (MacArthur).

Segundo, debemos tener cuidado de no confundir el sufrir, creer, esperar, y soportar con la pasividad. Pasividad ante el mal no soluciona nada. Para eliminar a Hitler se necesitó el poder militar, no la tolerancia. Para poner fin a las acciones de criminales violentos se necesita un cuerpo de policía bien entrenado. En un nivel más personal, también se puede necesitar una confrontación bien planeada para tratar de manera cariñosa a un miembro disfuncional de una familia.

En estos versículos, Pablo no elogia la pasividad, sino el amor. Anote que la mayor parte de esta carta a los corintios contiene un tono de confrontación. Los cristianos corintios se han involucrado en prácticas que no concuerdan con la voluntad de Dios y Pablo está haciendo todo lo que puede para persuadirles a cambiar. Este tipo de amor activo que confronta debe servirnos de ejemplo cuando cruzamos camino con gente disfuncional.

La mayoría de profesionales que trabajan en el campo de adicción no aconsejan que los familiares se queden cruzados de brazos aceptando el abuso del adicto. En cambio, aconsejan una intervención – y muchas veces pueden ayudarles a planear una intervención. Aconsejan confrontar al alcohólico con dos opciones – dejar de tomar o perder el trabajo – dejar de tomar o perder a su familia. No lo hacen con ira, sino con amor. La confrontación está diseñada para redimir – para ayudar a la persona adicta a separarse de su comportamiento auto destructivo y volver a un estilo de vida más positivo – y para proveer a la familia del adicto un ambiente seguro y sano.

Sufrir, creer, esperar, y soportar no necesitan ser acciones pasivas. En muchos casos lo mejor que se puede hacer es confrontar a la persona que necesita cambiar su estilo de vida.

1 CORINTIOS 13:8-13: LA CARIDAD NUNCA DEJA DE SER

8La caridad nunca deja de ser: mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada; 9Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10Mas cuando venga lo que es perfecto (griego: teleios), entonces lo que es en parte será quitado. 11Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño. 12Ahora vemos por espejo (griego: esoptron), en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido. 13Y ahora permanecen (griego: menei – de meno) la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad.

“La caridad nunca deja de ser” (v. 8a). Ahora Pablo contrasta el amor (la caridad) con tres dones espirituales – profecía, hablar en lenguas, y la ciencia (o la sabiduría). El amor nunca termina, pero la necesidad por dones espirituales es temporal. Aquí Pablo está pensando de manera escatológica (del fin del tiempo – la Segunda Venida de Jesús). En este versículo, contrasta lo que experimentamos en este mundo con lo que podemos esperar una vez realizado completamente el reino de Dios.

Yahvé modela la naturaleza interminable del amor agape en su relación pactada con el pueblo de Israel. Una y otra vez el pueblo israelita falló en ser fiel, y una y otra vez Yahvé les castigó. Esos castigos, sin embargo, estaban diseñados para redimir en lugar de destruir. Yahvé dejó que los israelitas sufrieran por sus pecados, pero siempre les proveyó el camino para dejar atrás su sufrimiento, redimiéndoles una y otra vez. Eso nos debe servir de ejemplo. Necesitamos mantener un espíritu cariñoso, actuando para redimir a los que nos fallan.

También, el amor es interminable ya que continúa hasta la eternidad. Cuando el reino de Dios se realice plenamente, el amor será la característica principal de todas las relaciones.

“mas las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser quitada” (v. 8b). No como el amor, profecía, hablar en lenguas, y sabiduría terminarán cuando el reino de Dios venga por completo. No es que no sean buenos dones, sino que solo son útiles en este mundo. No serán necesarios una vez que el reino de Dios esté completamente realizado.

En el próximo capítulo Pablo deja claro que la profecía es un don más grande que el don de hablar en lenguas (14:1-5). No obstante, cuando llegue el reino de Dios no hará falta la profecía. En este mundo los profetas revelan la voluntad de Dios a los seres humanos. En el reino de Dios, conoceremos la voluntad de Dios sin la ayuda de los profetas.

Lo mismo será verdad del hablar en lenguas y, particularmente, de la ciencia revelada. Estos dones se relacionan con el revelar y establecer la voluntad de Dios. Son importantes en este mundo pero irrelevantes en el próximo, donde conoceremos la voluntad de Dios por completo.

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos” (v. 9). A pesar de que la sabiduría y la profecía son dones entregados por Dios, siguen siendo incompletos. Dios revela la necesidad de saber como cumplir los propósitos de Dios, pero eso está limitado.

“Mas cuando venga lo que es perfecto (teleios), entonces lo que es en parte será quitado” (v. 10). La palabra teleios se puede traducir como “completo,” “entero,” “sin mancha,” o “sin dividir.” De nuevo Pablo piensa escatológicamente. Contrasta el teleios (que experimentaremos en el porvenir) con lo “parcial” (que experimentamos ahora). Cuando Cristo venga de nuevo para traernos plenamente el reino de Dios, no necesitaremos cosas como la profecía, que en este momento proporciona una revelación parcial. Entonces, las revelaciones parciales terminarán.

“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño” (v. 11). Sería posible leer este versículo como un regaño hacia los cristianos corintios que no han dejado “lo que era de niño.” Pero Pablo no pretende castigarlos. En vez, contrasta el mundo que conocemos ahora (que experimentamos como criaturas espirituales) con el mundo que está por venir (que experimentaremos como gente espiritualmente madura). Una vez que llegue esa Nueva Era las cosas que ahora nos parecen importantes (como la profecía y la ciencia) perderán completamente su importancia.

“Ahora vemos por espejo (esoptron), en obscuridad; mas entonces veremos cara á cara” (v. 12a). De nuevo, Pablo contrasta lo que experimentamos en esta edad con lo que viviremos en el porvenir. La palabra esoptron puede significar “cristal” o “espejo.” Es importante recordar que la gente de la época de Pablo no tenía los espejos de alta calidad que tenemos hoy. Estamos acostumbrados a mirarnos en el espejo y ver un reflejo exacto que nos revela como nos vemos.

En los días de Pablo, sin embargo, los espejos generalmente estaban hechos de metal, y los reflejos que la gente veía no estaban tan claros. Se pueden encontrar espejos así en los servicios públicos de los lugares de descanso en las carreteras. Agencias estatales instalan este tipo de espejo, no porque provee un reflejo de alta calidad, sino porque resisten mejor el vandalismo que los espejos de cristal. Al menos se puede ver si uno está despeinado. Ciertamente no proveen el reflejo exacto al que estamos acostumbrados a ver en nuestras casas. La próxima vez que vea un espejo así, piense en este versículo.

Cuando Pablo dice que vemos “por espejo en obscuridad,” quiere decir que el entendimiento espiritual que tenemos ahora es solo un reflejo inexacto de lo que experimentaremos en la edad que está por venir. En esa nueva era no veremos en obscuridad, como en los espejos de baja calidad, sino cara a cara.

Esto puede entristecernos – pensar que ahora estamos tan limitados en nuestra visión espiritual. Sin embargo, nos ayudaría pensar de otra manera. En los momentos cuando la luz de repente nos ilumina espiritualmente, nos sentimos maravillados y alegres. Recordamos esos momentos, y tratamos de compartirlos con los demás. Queremos que otros disfruten de lo que hemos visto. Imagine, entonces, como será la edad que está por venir cuando Dios nos permita ver todo claramente. Seremos como las personas cuya vista queda de repente restaurada después de una operación de cataratas. Nuestra visión espiritual pasará de una imagen borrosa una perfectamente clara.

“ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido” (v. 12b). De nuevo, Pablo contrasta lo que experimentamos ahora con lo que viviremos en la Nueva Era. Ahora conocemos imperfectamente, pero en el porvenir Dios revelará plenamente los misterios espirituales. De la misma manera que Dios nos conoce completamente ahora, en el porvenir, nosotros también conoceremos a Dios plenamente.

“Y ahora permanecen (menei – de meno – permanecer) la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres: empero la mayor de ellas es la caridad” (v. 13). Los cristianos corintios, con su herencia griega, premian la filosofía, la sabiduría, y los misterios. Sin embargo, Pablo les dirige su atención a valores más altos – fe, esperanza, y amor.

Parece sorprendente que Pablo espere hasta el final de este capítulo de amor para presentarles la fe y la esperanza. Su única mención de la fe hasta el momento ha sido anotar que “si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy” (v. 2). No ha mencionado la esperanza en ningún momento.

Fe y esperanza son importantes para el presente, pero no serán necesarias en el porvenir. Ahora conocemos a Dios por medio de la fe y tenemos esperanza hacia el futuro. Cuando el reino de Dios llegue por completo, conoceremos a Dios cara a cara y abrazaremos el futuro.

El amor está en otra categoría. Será tan importante en la Nueva Era como lo es en la nuestra. La diferencia principal es que ahora amamos imperfectamente, pero cuando llegue la Nueva Era amaremos perfectamente – como Dios nos ha amado a nosotros. Es el sine qua non (lo que sin ello nada) de la fe cristiana.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada en http://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Barclay, William, Daily Study Bible: Letters to the Corinthians, (Edinburgh: The Saint Andrew Press, 1975)

Barrett, C.K., Black’s New Testament Commentary: The First Epistle to the Corinthians (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 1993)

Chafin, Kenneth L., The Preacher’s Commentary: 1-2 Corinthians, Vol. 30 (Nashville: Thomas Nelson, Inc., 1985)

Cousar, Charles B., in Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV–– Year C (Louisville: Westminster John Knox Press, 1994)

Farris, Stephen, in Van Harn, Roger (ed.), The Lectionary Commentary: Theological Exegesis for Sunday’s Text. The First Readings: The Old Testament and Acts (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2001)

Fee, Gordon D., The New International Commentary on the New Testament: The First Epistle to the Corinthians (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1987)

Hayes, Richard B., Interpretation: First Corinthians (Louisville: John Knox Press, 1997)

Holladay, Carl R., in Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, C (Valley Forge: Trinity Press International, 1994)

Horsley, Richard A., Abingdon New Testament Commentary: 1 Corinthians (Nashville: Abingdon Press, 1998)

MacArthur, John, Jr., The MacArthur New Testament Commentary: 1 Corinthians (Chicago: The Moody Bible Institute of Chicago, 1984)

Morris, Leon, Tyndale New Testament Commentaries: 1 Corinthians, Vol. 10 (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1985)

Nash, Robert Scott, Smyth & Helwys Bible Commentary: 1 Corinthians (Macon, Georgia: Smyth & Helwys Publishing, Inc., 2009)

Sampley, J. Paul, The New Interpreter’s Bible: Acts, Romans, 1 Corinthians, Vol. X (Nashville: Abingdon Press, 2002)

Soards, Marion, New International Biblical Commentary: 1 Corinthians (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 1999)

Turner, G.A., “Love,” Bromiley, Geoffrey (General Editor), The International Standard Bible Encyclopedia, Volume Three: K-PRevised (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1986)

Zodhiates, Spiros (ed.), The Complete WordStudy Dictionary: New Testament (Chattanooga, Tennessee: AMG Publishers, 1992)

www.sermonwriter.com

www.lectionary.org

We welcome your feedback! dick@sermonwriter.com

Copyright 2012, Richard Niell Donovan