PASAJE BÍBLICO

Génesis 25:19-34

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

GÉNESIS 24 ff.: EL CONTEXTO

Capítulo 24 relata la boda de Isaac y Rebeca. Cuando Abraham era anciano (24:1), envió un criado en quien confiaba a la tierra de Abraham (24:4) para buscar esposa para Isaac, para que Isaac no tuviera que casarse con una mujer cananea (24:3). Abraham era de Ur de los Caldeos (11:28) y Harán (11:31) – ciudades de Mesopotamia – entonces, el criado fue a Nachôr (24:10), una ciudad en el noroeste de Mesopotamia, para buscar esposa para Isaac. Oró a Dios que le revelara la mujer indicada (24:12-14), y el Señor le indicó Rebeca (24:15 ff.).

Rebeca tenía un hermano llamado Labán (24:29), que será importante por ser padre de las esposas de Jacob, Lea y Raquel (capítulo 29). Labán engañará a quien le engaña, a Jacob, forzándole a casarse con Lea antes de permitirle casar con Raquel. Jacob repagará los engaños de Labán con su propio engaño, resultando en la prosperidad de Jacob a coste de Labán (30:25-43).

En capítulo 24, el criado de Abraham negoció con Labán y Bethuel, el padre de Rebeca (24:47), para que Rebeca se casara con Isaac (24:64-65). El criado regresó a Canaán con Rebeca donde Rebeca conoció a Isaac (24:64-65). “Entonces el criado contó á Isaac todo lo que había hecho” (24:66), e Isaac “tomó á Rebeca por mujer; y amóla” (24:67).

Después de la muerte de Sara (capítulo 23), Abraham se casó con Cetura (25:1-6). A la edad de 175, Abraham murió y fue enterrado en la cueva de Macpela (25:7-11). Esta historia es seguida por una lista de los descendientes de Ismael (25:12-18), por la cual llegamos al nacimiento de Esaú y Jacob (25:19 ff.).

A medida que seguimos la vida de Jacob desde su nacimiento hasta su muerte, el tema principal es el conflicto. Jacobo tendrá conflictos con Esaú (25:19-34; 27; 32:3-21), e Isaac y Rebeca difieren en su afecto por sus respectivos hijos favoritos (25:28). Jacob tendrá conflicto con Labán (29:15-35; 30:25-43; 31), y Raquel tendrá conflicto con las concubinas de Jacob (30:1-24). Jacob tratará de complacer a Esaú (32:3-21; 33:1-17) y luchará con Dios en Peniel (32:22-32). Sichêm violará a Dina, hija de Jacob y Lea, y los hijos de Jacob engañarán y matarán a Sichêm para vengar a Dina (34:1-31). El hijo más joven de Jacob, José, ofenderá a sus hermanos, los que le venderán como esclavo (37:1-36). ¡No se trata de un cuadro bonito!

GÉNESIS 25:19-20: Y ESTAS SON LAS GENERACIONES DE ISAAC

19Y estas son las generaciones (hebreo: toledot) de Isaac, hijo de Abraham. Abraham engendró á Isaac: 20Y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer á Rebeca, hija de Bethuel Arameo de Padan-aram, hermana de Labán Arameo.

“Y estas son las generaciones (toledot) de Isaac, hijo de Abraham” (v. 19a). Esta frase se paralela a la introducción anterior de la genealogía de Ismael, “Y estas son las generaciones (toledot) de Ismael, hijo de Abraham,” (v. 12a).

La palabra toledot aparece varias veces en Génesis, en cada ocasión presenta a una de las grandes figuras (Adam, 5:1; Noé, 6:9; Sem, 11:10; Thare, 11:27; Ismael, 25:12; Isaac, 12:19; y Esaú, 36:1) y sirve de transición hacia un nuevo capítulo de la vida hebrea. Aquí, presenta el relato de la vida de Isaac, que también incluye las vidas de Jacob y Esaú, hijos de Isaac.

Génesis relata la vida de Isaac brevemente en comparación a las vidas de Abraham, padre de Isaac, y Jacob, hijo de Isaac. Abraham será padre de muchas naciones (17:4, 16), y Jacob (cuyo nombre será Israel más adelante – 32:28) será padre de la nación que llevará su nombre. Isaac es importante primeramente por ser el cordero de sacrificio que hizo posible a Abraham probar su fe ante Dios (22:1-19) y porque a través de él pasará el linaje de Abraham a Jacob. En los varios relatos que incluyen a Isaac, él generalmente aparece como actor secundario en lugar de personaje principal.

“Abraham engendró á Isaac” (v. 19b). La lista de descendientes de Ismael primero menciona que Ismael era hijo de Abraham, pero después dice, “hijo de Abraham, que le parió Agar Egipcia, sierva de Sara” (25:12). No existe una mención correspondiente de Sara (madre de Isaac) en el relato de Isaac. Capítulo 23 relató la muerte y entierro de Sara, y su nombre solo se volverá a mencionar por su papel como esposa de Abraham (25:10; 49:31).

“Y era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer á Rebeca” (v. 20a). Este versículo menciona que Isaac tenía cuarenta años al casarse con Rebeca – una edad avanzada para casarse un hombre importante. Versículo 26 nos dice que Isaac tenía sesenta años cuando Jacob y Esaú nacieron. Como veremos, Rebeca tendrá dificultad concibiendo un hijo. Gracias a versículos 20a y 26, podemos ver el intervalo exacto (veinte años) entre el matrimonio de Rebeca e Isaac y el nacimiento de sus hijos.

No existe mención correspondiente de la edad de Rebeca al momento de casarse o al nacer Jacob y Esaú. Esto sugiere que, no como Sara, Rebeca todavía es lo suficientemente joven para tener hijos.

“hija de Bethuel Arameo de Padan-aram, hermana de Labán Arameo” (v. 20b). Como se anota arriba, el relato de Abraham buscando esposa para Isaac y el papel de Bethuel y Labán se relata con bastante detalle en capítulo 24.

Los arameos eran un pueblo semítico con campamentos en Mesopotamia (este y noreste de Canaán) y en el área alrededor de Damasco (norte de Canaán).

Padan-aram es una región cerca de Harán en Mesopotamia (véase 27:43 y 28:2) – quizá 150 millas (250 kilómetros) al noreste de Canaán. Este versículo nos dice que Rebeca era de Padan-aram – como aprendimos en capítulo 24. Más adelante, Isaac le dirá a Jacob que no se case con una mujer cananita, sino que vaya a Padan-aram para encontrar esposa (28:1-2). Jacob lo hará, en parte para obedecer a su padre y en parte para escapar la ira de Esaú (27:41 ff.). Allí conocerá a Raquel y trabajará siete años para conseguir su mano (29:20), solo para ser engañado por Labán, padre de Raquel (y hermano de Rebeca) a casarse con Lea (29:23-25) – un delicioso pedacito de justicia – el engañoso Jacob ahora es engañado. Jacob trabajará otros siete años para conseguir la mano de Raquel (29:30). Raquel (esposa de Jacob) tendrá dificultad en concebir un hijo (30:1) igual que Rebeca (madre de Jacob) y Sara (abuela de Jacob). Al final, Jacob engendrará varios hijos en Padan-aram (35:23-26; 46:15). Continuará engañando para enriquecerse en Padan-aram (30:25-43) – lo que resultará en un conflicto del cual Jacob tendrá que huir para escapar la ira de Labán (31:1-21), igual que antes tuvo que hacer para escapar la ira de Esaú.

GÉNESIS 25:21-23: Y CONCEBIÓ REBECA SU MUJER

21Y oró Isaac á Jehová por su mujer, que era estéril; y aceptólo Jehová, y concibió Rebeca su mujer. 22Y los hijos se combatían dentro de ella; y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fue á consultar á Jehová. 23Y respondióle Jehová:

Dos gentes hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos
desde tus entrañas: Y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,
y el mayor servirá al menor.

“Y oró Isaac á Jehová (hebreo: YHWH – Yahweh) por su mujer, que era estéril; y aceptólo Jehová(YHWH), y concibió Rebeca su mujer (v. 21). YHWH o Yahweh es el nombre con que Dios se identificará ante Moisés en el arbusto ardiente (3:13-14).

Como se anota arriba, Sara, Rebeca, y Raquel todas tienen dificultad en concebir hijos. Cada una necesita la intervención de Dios – hecho que enfatiza y vuelve a enfatizar el papel de Dios al escoger parejas para un destino especial, disponiéndolas para cumplir exitosamente sus respectivos papeles para un futuro fructuoso.

Abraham oró por la esposa y siervas de Abimelech para que tuvieran hijos (20:7) pero no hay relato de él orando por su mujer, Sara. Tampoco tenemos relato de Rebeca orando para poder concebir, como lo hacen Raquel y Ana (30:24; 1 Samuel 1:10). No obstante, Isaac reza por su esposa, y Dios contesta su oración.

“Y los hijos se combatían dentro de ella” (v. 22a). Aquí aprendemos por primera vez que Rebeca está esperando a más de un hijo. El hebreo traducido como “se combatían” sugiere una batalla feroz y violenta.

“y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fue á consultar á Jehová” (v. 22b). Rebeca ha sido estéril por veinte años. Uno pensaría que su alegría hacia la posibilidad de tener hijos le daría la fuerza para soportar la incomodidad del embarazo con cierta compostura. Sin embargo, su preocupación aquí tiene que ver con cuestiones que van más allá de su incomodidad física. ¿Ocurre algo con sus bebés? ¿Los parirá con vida? ¿Sobrevivirá el parto? ¿Es su combate en su seno un presagio de que sufrirán violencia toda su vida?

“Dos gentes hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas” (v. 23a). Versículo 23 tiene dos paralelismos, algo común en la literatura judía. A menudo se ve el uso de paralelismo en los Salmos, y los Salmos han inspirado poetas modernos a adoptar esta técnica. Vemos paralelismo en ambas partes de este versículo. “Dos gentes…dos pueblos” (v. 23a). “Un pueblo será más fuerte…el mayor servirá al menor” (v. 23b).

Dios informa a Rebeca de que será madre, no solo de dos hijos, pero de “dos gentes” – “dos pueblos.” Además, estos hijos “serán divididos.” Esto sugiere que los combates en su seno representan algo típico de su relación a lo largo de sus vidas. No se trata de una lucha típica entre hermanos; hay algo más aquí. Rebeca tenía razón en preocuparse. No obstante, la palabra de Dios aquí trae tranquilidad. Dios está enterado del combate entre estos dos bebés, y sabe adonde irán sus combates. Como veremos en 23b, Dios tiene un plan.

“Y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor” (v. 23b). ¿Es esto una simple descripción de eventos futuros o un reflejo de la voluntad de Dios? Lo más probable es que sea el segundo. Es difícil imaginar que Dios no tomaría un papel decisivo en el linaje de Israel, al que tratará como su primer nacido (Éxodo 4:22; Jeremías 31:9).

Que el mayor sirva al menor va en contra de las convenciones prácticas. Como veremos a medida de que progresa la historia de Jacob y Esaú, el varón primogénito recibe lo que merece al nacer (25:29-34; véase también 43:33) y la bendición (27:30-40). Cuando Dios le da a Moisés la ley en Sinaí, declara que el primogénito recibirá una doble porción de la herencia – dos veces la cantidad de cualquiera de sus hermanos – aunque al padre no le guste el primogénito o prefiera a otro hijo (Deuteronomio 21:17). También, Dios reclamará a todos los primogénitos, sean animales o humanos. Animales que nacen primero serán redimidos o sacrificados, e hijos primer nacidos serán redimidos (Éxodo 34:19-20). Dios considera Israel su primer nacido (Éxodo 4:22; Jeremías 31:9), y aquéllos que “están alistados en los cielos” se consideran “la congregación de los primogénitos” (Hebreos 12:23).

La idea tras la declaración de Dios del primogénito es que padres tienden a favorecer al primer nacido. Al clamar el primer nacido, Dios nos recuerda que él es la fuente de toda bendición y que puede reclamar señorío de todo. También nos dice que Dios quiere que le honremos con nuestra cosa más preciosa y no algo de menor valor.

Sin embargo, también es verdad que Dios a menudo escoge funcionar a través del menor en lugar del mayor. Por eso, a veces escoge a otro que no sea el primogénito para transmitir el linaje por el que nos bendice. Dios escogió el tercer hijo de Abraham, Seth, para transmitir su linaje (5:3-5). Dios escogió el segundo hijo de Abraham, Isaac, sobre el primero (Ismael era el primer nacido de Abraham). Ahora, Dios escoge a Jacob, el segundo nacido, en lugar de Esaú, el primogénito. Escogerá a José antes que a sus hermanos mayores (capítulo 37 ff.). Más adelante, Dios escogerá a David, el más joven de Isaí, para ser el rey más grande de Israel (1 Samuel 16). Escogerá a Salomón, el segundo nacido de David (2 Samuel 12).

Edom será la nación que desciende de Esaú (v. 30; 36:1, 8), e Israel será la nación que desciende de Jacob. Dios pensará de Israel como su primer nacido (Éxodo 4:22; Jeremías 31:9), entonces, esa es la manera en que se cumplirá la profecía “el mayor servirá al menor.” No obstante, también veremos a Moab en segundo lugar a Israel (Éxodo 15:15; Números 24:18; 2 Samuel 8:12-14; 1 Reyes 11:14-16; Abdías 1:18).

GÉNESIS 25:24-26: EL NACIMIENTO DE ESAÚ Y JACOB

24Y como se cumplieron sus días para parir, he aquí mellizos en su vientre. 25Y salió el primero rubio (hebreo: admoni), y todo él velludo (hebreo: sear) como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26Y después salió su hermano, trabada su mano al calcañar (hebreo: aqeb) de Esaú: y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los parió.

“Y como se cumplieron sus días para parir, he aquí mellizos en su vientre” (v. 24). Se cumple la primera parte de la profecía de versículo 23.

Y salió el primero rubio (admoni), y todo él velludo (sear) como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú” (v. 25). Esaú es el primogénito – el primer mellizo en nacer.

Es fácil ver como la palabra Edom se deriva de admoni, pero no es tan fácil de ver con el nombre de Esaú. Esaú es velludo (sear) – hecho que será importante en la historia de Jacob robándole a Esaú su bendición (27:1-29). Más adelante, se asentarán en Seir (32:3; 33:14, 16; 36:8).

“Y después salió su hermano, trabada su mano al calcañar (aqeb) de Esaú: y fue llamado su nombre Jacob” (v. 26a). Jacob agarrando el calcañar de Esaú y los combates de los bebés en el seno de su madre presagian los conflictos que estos hermanos tendrán de jóvenes. Agarrarse al calcañar sugiere engaño, y Jacob, ciertamente, engañará.

De nuevo, es fácil ver como el nombre de Jacob se deriva de la palabra hebrea para calcañar (aqeb). Del engaño que Jacob manifestará más adelante quizá viene nuestra palabra calcañar – coloquial para una persona despiadada.

La palabra hebrea aqab – muy parecida a la palabra aqeb – significa “suplanta o engaña.” Así es como Esaú describirá las acciones de Jacob después de ser robado de su primogenitura (36:27).

“Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los parió” (v. 26b). Como se anota arriba, Isaac tenía cuarenta años al casarse con Rebeca (v. 20), entonces, esta pareja fue estéril durante 20 años antes de que Rebeca pariera los mellizos. Sabemos que Isaac había rezado para que Rebeca concibiera (v. 21). ¿Había orado por veinte años? Eso es probable. En cualquier caso, esto nos dice algo de la oración. El hecho que la oración no sea contestada rápidamente o de la manera que queremos o esperamos, no indica que no haya sido contestada o que no será contestada. A veces, una vida de oración es contestada solo después de la muerte de la persona que oraba.

GÉNESIS 25:27-28: Y AMÓ ISAAC Á ESAÚ, MAS REBECA AMABA Á JACOB

27Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo: Jacob empero era varón quieto, que habitaba en tiendas. 28Y amó Isaac á Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba á Jacob.

“Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo: Jacob empero era varón quieto, que habitaba en tiendas” (v. 27). Está claro que se trata de mellizos fraternos en lugar de idénticos (de dos huevos en lugar de uno), porque son tan diferentes.

Esaú es un hombre velludo de campo – un hábil cazador – características que solemos asociar con fuerza varonil. Pero pronto volverá hambriento del campo (v. 30).

Jacob es un hombre callado – tranquilo (27:11) – le gusta estar dentro – hombre que habita en tiendas. Podemos pensar de él como el primer introvertido. Padres suelen preocuparse por hijos como éste. ¿Es demasiado callado – demasiado reservado? ¿Está listo para tener éxito en un mundo duro? ¿Arde algún fuego en sus entrañas? ¿Tendrá valor cuando lo necesite? ¿Tendrá ambición? ¿Será un hijo malcriado?

Estas preocupaciones serían aún más pronunciadas en aquel mundo primitivo. En aquel día, un joven callado y reservado no podía enriquecerse programando ordenadores o llevando a cabo intricados cálculos financieros. Pero, como veremos, la fuerza de Jacob está en su inteligencia y no en sus músculos, y se probará capaz de ganar a casi todos sus competidores – empezando con su hermano.

“Y amó Isaac á Esaú, porque comía de su caza” (v. 28a). Padres no deben tener favoritos – preferir a un hijo sobre otro – pero muchos lo hacen. Jacob (más adelante conocido como Israel) preferirá a José mas que a sus otros hijos (37:3-4; 44-20). Esto ocurre en familias.

Este versículo dice que Isaac ama a Esaú, porque comía de su caza – Esaú es un cazador que pone carne en la mesa. Pero sospecho que hay más que el gusto de Isaac por la carne. Padres quieren hijos fuertes, y Esaú es el típico hombre varonil. Parece natural que Isaac prefiera a Esaú.

“mas Rebeca amaba á Jacob” (v. 28b). No se nos dice porque Rebeca ama a Jacob, pero lo podemos adivinar. Mientras Esaú está cazando en el campo, Jacob pasa tiempo en la tienda con su madre, y Rebeca disfruta de su compañía. Esaú prefiere la compañía de hombres del campo, pero Jacob prefiere estar en compañía de hombres callados como él, hombres pensativos – y él está cómodo alrededor de mujeres también. Parece natural que Rebeca prefiera a Jacob.

GÉNESIS 25:29-34: Y VENDIÓ ESAÚ Á JACOB SU PRIMOGENITURA

29Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo cansado, 30Dijo á Jacob: Ruégote que me des á comer de eso bermejo (hebreo: ha adom min ha adom), pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom. 31Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy á morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió á Jacob su primogenitura. 34Entonces Jacob dio á Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y levantóse, y fuése. Así menospreció (hebreo: yibez – de baza) Esaú la primogenitura.

“Y guisó Jacob un potaje” (v. 29a). Como veremos en versículo 34, se trata de un guiso de lentejas. Lentejas son legumbres, como guisantes o judías. Quizá Jacob plantó estas lentejas en una huerta. Eso concordaría con la imagen que se ha proyectado de Jacob como persona del hogar.

“y volviendo Esaú del campo cansado” (v. 29b). Sabemos que Esaú es un hábil cazador pero, aparentemente, esta vez no ha logrado cazar nada. De otra manera hubiera hecho una fogata y asado carne para satisfacer su hambre – o le hubiera ofrecido a Jacob un cambio de carne por guisado.

“Dijo á Jacob: Ruégote que me des á comer de eso bermejo (ha adom min ha adom), pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom” (v. 30). En versículo 25, Esaú salió rubio (admoni) del seno de su madre. Ahora le pide algo “de eso bermejo” (ha adom). De esta palabra adom quizá viene la palabra Edom – Edom siendo la nación que Esaú fundará.

Un guiso de lentejas seguramente sería de color marrón o marrón amarillento. No obstante, Jacob puede haber utilizando judías rojas – y quizá el color rojo no describa bien el color adom (Wenham, 176; Hartley, 236).

“Véndeme en este día tu primogenitura” (v. 31). La primogenitura es “el privilegio especial asignado al primer nacido (hijo) de cualquier padre. Esto significa, en primer lugar, que heredaba dos porciones, es decir, el doble de la porción de los otros hombres… El derecho del primogénito también significa su liderazgo entre los hermanos después de morir el padre” (Jorge Pixley, en Sakenfeld, página 471; véase también Deuteronomio 21:17).

La respuesta rápida y decisiva de Jacob nos dice que ha estado deseando la primogenitura de Esaú y que ha estado esperando el momento arrebatársela.

Como veremos más adelante, Jacob también desea la bendición de Isaac – una bendición que le pertenece a Esaú por ser el primer nacido. Aunque Jacob no intenta engañar a Esaú para conseguir su primogenitura (Esaú lo facilita – no es necesario engañarle), Jacob utilizará el engaño para obtener la bendición (27:1-29).

“He aquí yo me voy á morir” (v. 32a). Si Esaú está verdaderamente cerca de la muerte, su comentario tiene sentido. Una primogenitura no valdría nada para un hombre muerto.

Pero no debemos tomar la declaración de Esaú como hecho. Esaú está incómodo y exagera el significado de su hambre. Su comentario “me voy á morir,” es como nuestra frase, “me estoy muriendo de hambre” – una declaración que no dice más que la persona tiene hambre.

“¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?” (v. 32b). La respuesta de Esaú muestra que solo se preocupa por el presente – no es capaz de hacer esperar el hambre a cambio de construir una fundación sólida para su futuro. También nos dice que tiene prioridades equivocadas – que valora demasiado el presente y que no valora suficiente las bendiciones substanciales.

Y dijo Jacob: Júramelo en este día” (v. 33a). En versículo 32, la respuesta de Esaú indica la actitud casual con la que piensa de su primogenitura, pero su respuesta queda corta de ser una promesa a su hermano. No está a punto de dejar que Esaú diga, “¡Yo no dije eso!” o “¡Eso no es lo que quise decir!” Insiste que Esaú haga un juramento que le dará a Jacob su primogenitura a cambio de un poco de guiso de lentejas. Un juramento así sería una promesa solemne que ligaría Esaú a sus provisiones.

“Y él le juró, y vendió á Jacob su primogenitura” (v. 33b). Jacob requiere un juramento y Esaú se lo da. Su única preocupación en ese momento es el hambre que tiene. El futuro parece distante y su primogenitura sin importancia, por eso, Esaú acepta este trato ridículo y vende su primogenitura a Jacob por su propia voluntad.

“Entonces Jacob dio á Esaú pan y del guisado de las lentejas” (v. 34a). Con el juramento de Esaú en mano, Jacob honra su parte del trato y le da a Esaú pan y guiso de lentejas.

La KJV dice “potaje de lentejas” en lugar de “guisado de lentejas” – y aparentemente la frase “masa de potaje” se utilizó en alguna traducción. Esto abre paso a pensar de “masa de potaje” como una frase que describe algo de poco valor.

“y él comió y bebió, y levantóse, y fuése” (v. 34b). Esaú nunca parece dudar en su descuido. Estos cuatro verbos aparecen en rápida sucesión – comió, bebió, se levantó, y se fue – esto dice mucho de su carácter.

“Así menospreció (yibez – de baza) Esaú la primogenitura” (v. 34c). Pero por si acaso no prestamos atención a las implicaciones de su carácter en versículo 34b, el autor nos las delinea aquí. “Menospreció (baza) Esaú la primogenitura.”

Pero debemos tener cuidado de no menospreciar a Esaú por haber menospreciado su primogenitura. A menudo nosotros somos culpables de vender nuestra primogenitura por un poco de potaje. ¿No es eso lo que pasa cuando hipotecamos la casa usando tarjetas de crédito para hacer compras frívolas? ¿No es eso lo que ocurre cuando un joven deja la escuela para aceptar un puesto de salario mínimo? ¿No es eso lo que pasa cuando un esposo o esposa decide engañar a su pareja? ¿No es eso lo que hacemos al usar tabaco o alcohol o drogas? ¿Cuando adictos al trabajo reemplazan relaciones humanas con trabajo? ¿Cuando el congreso desperdicia el dinero de los contribuyentes en favoritismos? ¿Cuando comemos demasiado y no hacemos suficiente ejercicio y no cuidamos nuestra salud? ¿Cuando no prestamos atención al impacto que tienen nuestras acciones en el medio ambiente? La lista sigue y sigue.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Bowie, Walter Russell and Simpson, Cuthbert A., The Interpreter’s Bible, Vol. 1 (Nashville: Abingdon Press, 1952)

Brueggemann, Walter, Interpretation: A Bible Commentary for Teaching and Preaching: Genesis (Atlanta: John Knox Press, 1982)

Fretheim, Terence E., “The Book of Genesis,” The New Interpreter’s Bible, Volume 1: General Old Testament Articles, Genesis, Exodus, Leviticus (Nashville: Abingdon Press, 1994.

Hamilton, Victor P., The New International Commentary on the Old Testament: The Book of Genesis, Chapters 18-50 (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1995)

Hartley, John E., New International Biblical Commentary: Genesis (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 2000)

Kidner, Derek, Tyndale Old Testament Commentaries: Genesis, Vol. 1 (Downers Grove, Illinois: Inter-Varsity Press, 1967)

Mathews, Kenneth A., The New American Commentary, Genesis 11:27-50:26, Vol. 1b (Broadman & Holman Publishers, 2005)

Newsome, James, in Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV––Year A (Louisville: Westminster John Knox Press, 1995)

Roop, Eugene F., Believers Church Bible Commentaries: Genesis (Scottdale, Pennsylvania: Herald Press, 1987)

Sakenfeld, Katharine Doob (ed.), The New Interpreter’s Dictionary of the Bible: A-C, Vol. 1 (Nashville: Abingdon Press, 2006)

Spina, Frank Anthony, in Van Harn, Roger (ed.), The Lectionary Commentary: Theological Exegesis for Sunday’s Text. The First Readings: The Old Testament and Acts (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2001)

Towner, W. Sibley, Westminster Bible Companion: Genesis (Louisville: Westminster John Knox Press, 2001)

Tucker, Gene M., in Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, A (Valley Forge: Trinity Press International, 1992)

Wenham, Gordon J., Word Biblical Commentary: Genesis 16-50 (Dallas: Word Books, 1994)

Copyright 2009, Richard Niell Donovan