Isaías 5:1-7

Comentario
(Estudio Bíblico)

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

 

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

El profeta habría cantado esta canción en La Fiesta de los Tabernáculos – un festival de la cosecha que duraba una semana. Su cantar hubiera sido algo normal en el ambiente festivo y llamaría la atención de la gente. La canción y la historia que relata, llamaría aún más la atención de la gente. Más adelante, la canción involucraría a los oyentes pidiéndoles actuar como jueces (v. 3-4). Entonces, el último versículo funciona como un gancho con púas para quienes están escuchando, ya que pronto se dan cuenta de que la canción realmente no se trata de la viña, sino de ellos mismos – de sus pecados – y del juicio que ha sido proclamado sobre ellos.

La canción se parece a la historia del rico y el pobre que contó Nathán, profeta del Rey David (2 Samuel 12). Cuando Nathán contó esa historia David no se daba cuenta de que estaba escuchando una parábola. Pensaba que Nathán le estaba presentando con una injusticia que él, como rey, tenía poder de remediar. Cuando David juzgó al hombre rico Nathán le dijo, “Tú eres aquel hombre.” Esto reveló que la historia se trataba de la relación entre David y Bathsheba y de su traición al haber conspirado para matar a Uría. La canción de Isaías sigue el mismo formato – una historia que llama la atención de los oyentes, invita a pronunciar sentencia, y después revela que la historia no se trata de otros, sino de ellos mismos.

El sentimiento de esta canción cambia por etapas. Empieza en un tono alegre contando la historia de la persona que creó la viña (vv. 1-2). Se oscurece un poco cuando pide que el oyente juzgue si el dueño hizo todo lo que tenía que haber hecho (vv. 3-4). Entonces, adopta un tono amenazador cuando el dueño de la viña toma la decisión de destruirla (vv. 5-6). Al final, se revela que los oyentes son la viña (v. 7).

El poema, como una obertura musical, nos presenta temas que el profeta irá desarrollando según relata su visión.

ISAÍSAS 5:1-2. LLEVÓ UVAS SILVESTRES

1AHORA cantaré por mi amado el cantar de mi amado á su viña.
Tenía mi amado una viña en un recuesto, lugar fértil.

2Habíala cercado (hebreo: way·az·zeqe·hu),
y despedregádola (hebreo: way·saq·qele·hu),
y plantádola (hebreo: way·yit·ta·e·hu) de vides escogidas:
había edificado (hebreo: way·yi·ben) en medio de ella una torre,
y también asentado un lagar en ella:
y esperaba (hebreo: way·qaw) que llevase uvas,
y llevó uvas silvestres.

“AHORA cantaré por mi amado el cantar de mi amado á su viña” (v. 1a). La canción empieza con la voz del profeta, quien se refiere a Yahvé como su amado o amigo. Lo que al principio se podría pensar una canción de amor pronto se convierte en una canción de la viña.

“Tenía mi amado una viña en un recuesto, lugar fértil” (ben·sa·men – literalmente “hijo de aceite) (v. 1b). El dueño de la viña hizo un trabajo excelente al poner la viña en marcha. Escogió un lugar alto con tierra fértil donde el sol brillara. Era el lugar ideal.

Habíala cercado (way·az·zeqe·hu), y despedregádola (way·saq·qele·hu), y plantádola (way·yit·ta·e·hu) de vides escogidas: había edificado (way·yi·ben) en medio de ella una torre,

y también asentado un lagar en ella” (v. 2a). No hay que ser un erudito hebreo para apreciar la poesía de estas palabras asonantes (de sonido similar). Existe una asonancia parecida a lo largo del poema – particularmente en versículo 7. Solo podemos apreciar plenamente porque se llama poesía al fijarnos en las palabras hebreas.

Una vez escogió el lugar para la viña, el dueño hizo todo lo necesario para elaborarla y convertirla en una viña exitosa. Quitó las piedras de la tierra – un trabajo difícil en una tierra llena de piedras. Después usó esas piedras de la tierra para construir una cerca alrededor de la viña, y las piedras que sobraron las usó para construir una torre desde donde el guardia pudiera advertir peligro.

El dueño plantó las mejores uvas y construyó la tina donde procesarlas durante la cosecha. Una tina típica tenía dos fosas conectadas. En la fosa de arriba se aplastaban las uvas, y entonces el jugo caía a la segunda fosa. Estas fosas se solían tallar de la piedra – un trabajo difícil que llevaba mucho tiempo. Está claro que el dueño considera esta viña una inversión permanente.

Al construir una viña, muchas personas iban haciendo el trabajo según se trabajaba la uva y se acercaba la primera cosecha. Este dueño, en cambio, hizo un trabajo de primera y terminó la viña entera antes de que llegara la primera cosecha. Hizo todo lo posible para asegurar una buena viña.

“y esperaba (way·qaw) que llevase uvas, y llevó uvas silvestres” (v. 2b). El dueño anticipaba una buena cosecha después de haber trabajado tanto para asegurar un buen resultado. La cosecha no llegaría hasta el segundo año de plantar y había que esperar con mucha paciencia. El dueño esperó con anticipación, pero cuando llegó el momento de cosechar, las uvas salieron silvestres (agrias, inutilizables).

ISAÍAS 5:3-4. ¿QUÉ MÁS SE HABÍA DE HACER Á MI VIÑA?

3Ahora pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá,
juzgad ahora entre mí y mi viña.

4¿Qué más se había de hacer á mi viña,
que yo no haya hecho en ella?

¿Cómo, esperando yo que llevase uvas,
ha llevado uvas silvestres?

“ahora pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña”(v. 3). El profeta ya no habla con su propia voz, sino con la voz de Yahvé.

Con la canción de la viña, el dueño invita a los oyentes a juzgar quién tiene la culpa – el dueño o la viña. Muchos de los que estaban escuchando conocían bien el trabajo de una viña y podrían dar una opinión experta. Lo más experimentados que fueran, más podrían simpatizar con el dueño. Ellos también se habían visto frustrados con uvas malas en algún momento de su vida.

“¿Qué más se había de hacer á mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres?” (v. 4). A lo largo de la canción del profeta, el dueño pregunta qué podría haber hecho de otra manera – qué no ha hecho. Hizo todo lo que cualquiera podría esperar. La culpa no es del dueño, sino de la viña.

ISAÍAS 5:5-6. OS MOSTRARÉ PUES AHORA LO QUE HARÉ

5Os mostraré pues ahora lo que haré yo á mi viña:
Quitaréle su vallado, y será para ser consumida;
aportillaré su cerca, y será para ser hollada;

6Haré que quede desierta;
no será podada ni cavada,
y crecerá el cardo y las espinas:
y aun á las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

“Os mostraré pues ahora lo que haré yo á mi viña: Quitaréle su vallado, y será para ser consumida; aportillaré su cerca, y será para ser hollada” (v. 5). El tono de la canción empieza a oscurecer según aumenta la ira del dueño. Al quitar el vallado y aportillar la cerca, el dueño abrirá paso a cualquiera que quiera entrar. Animales entrarán y comerán de las viñas. Niños jugarán al escondite, pisoteando las viñas con entusiasmo juvenil. La viña quedará totalmente indefensa.

“Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerá el cardo y las espinas” (v. 6). El dueño no se contenta con destruir las defensas de la viña. Actúa con decisión para convertirla en desierto. La deja sin atender para que los cardos y las espinas la cubran.

“y aun á las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella” (v. 6). Este es el primer indicio de que la voz de la canción es de Yahvé. Algunos oyentes seguramente no se darían cuenta, y pensarían que el profeta simplemente estaba vociferando y despotricando. Sin embargo, los oyentes más perspicaces preguntarían, “¿Quién es que puede mandar a las nubes que no lluevan sobre la viña?”

ISAÍAS 5:7. ESPERABA JUICIO

7Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel,
y los hombres de Judá planta suya deleitosa.
Esperaba juicio (hebreo: mis∙paṭ),
y he aquí vileza (hebreo: mis∙pah);
justicia (hebreo: s·da·qah),
y he aquí clamor (hebreo: sea·qah).

“Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta suya deleitosa” (v. 7a). Ahora ha llegado el momento de revelar el significado de la canción. De repente el mensaje penetra de manera punzante. El dueño de la viña no es cualquier mortal, sino “el Señor de toda la tierra.” La viña no es una tierra cualquiera, sino “el pueblo de Judá.” Yahvé ha formado a esta gente – la ha escogido como su pueblo – le ha dado toda oportunidad para entender lo que viene – la ha nutrido y alimentado durante su travesía en el desierto – la ha llevado a la Tierra Prometida – le ha dado leyes para guiarles – mandado profetas para guiarla cuando se desviaba. Los israelitas han presenciado el partir del Mar Rojo y la muerte del ejército egipcio. Han comido mana en el desierto. Han visto al joven David derrotar un gigante. Yahvé les ha demostrado su poder y su amor una y otra vez, y les ha dado toda oportunidad para hacer bien.

“Esperaba juicio (mis∙paṭ), y he aquí vileza (mis∙pah); justicia (s·da·qah), y he aquí clamor”(sea·qah) (v. 7b).

Anote la rima de las palabras hebreas. Después de todo lo que Yahvé ha hecho para ayudar a Judá a entender su voluntad, esperaba mis∙paṭ (juicio) pero solo vio mis∙pah (vileza y opresión). Esperaba s·da·qah (justicia), pero solo escuchó sea·qah (clamor – llantos de aflicción).

El dueño (Yahvé) esperaba juicio. ¿Qué es juicio? Juicio significa buscar una relación correcta con Yahvé y con otros – una relación que resulta en una vida justa. La ley de Dios tiene instrucciones muy detalladas en cuanto a comportamiento justo. Requiere que testigos sean honestos e imparciales (Éxodo 23:1-3, 6-8). Requiere consideración particular hacia las viudas, los huérfanos, y otras personas vulnerables (Deuteronomio 24:17). Aunque Israel siempre estaba dispuesto a pensar de su servicio a Dios según cumplía con las tradiciones del culto (sacrificio ritual, la observación del sábado, etcétera), los profetas seguían repitiendo que ser justo era un deber básico de la comunidad de fe (Miqueas 6:8).

El dueño (Yahvé) esperaba justicia. ¿Qué es justicia? En el Antiguo Testamento (Isaías en particular), justicia tiene más que ver con una relación justa que con la adherencia a la ley del Tora. La obediencia de la ley es importante, pero solo en lo que refleja su devoción a Yahvé. Si uno está en una relación correcta con Yahvé, él o ella también trabajará para tener buenas relaciones con los demás, especialmente con personas vulnerables como viudas, huérfanos, y pobres. La ley tiene provisiones especiales para cuidar de estas personas (Levítico 22:13; Deuteronomio 14:28-29; 16:10-11, 14; 24:17:22; Isaías 1:17), pero los que se enfocan en seguir la ley al pie de la letra se pueden desviar de sus obligaciones hacia los menos afortunados (Isaías 1:23; Ezequiel 22:7; Job 22:9; 24:21: Salmo 94:6).

La conclusión es fácil. Yahvé hizo todo lo posible por Judá y esperaba una cosecha justa. En vez, recibió sangre derramada y llantos de aflicción. La culpa no es de Yahvé sino de Judá. Yahvé ha hecho todo lo que podía haber hecho y más, pero Judá le rindió uvas silvestres y amargas que no sirven para nada. La gente de Jerusalén persistía en su rebelión y alabanza a dioses falsos. Había tolerado y hasta cometido injusticias. Había pisoteado viudas y huérfanos. Había hecho lo que no debía hacer y no había hecho lo que sí debía hacer.

En este último versículo, Yahvé no dice lo que esta gente puede esperar. Eso ya lo hizo con lenguaje metafórico en versículos 5 y 6. La gente puede llegar a sus propias conclusiones. No hace falta ser muy sofisticado para ver que tienen problemas graves – problemas que ellos mismos han creado. Solo pueden especular cómo Yahvé les va a juzgar.

El juicio que Yahvé pronuncia aquí no se vería por completo hasta un siglo después. Isaías escribió esto en el siglo ocho a.C., y la destrucción de la ciudad de Jerusalén y el exilio de sus habitantes no tomaría lugar hasta el siglo sexto – 587 a.C. (Brueggemann, 51). La demora le daba a Judá y a Jerusalén oportunidad de arrepentirse – de renunciar la alabanza de ídolos – de buscar justicia – de ayudar a viudas y huérfanos – y de observar sus ritos con sustancia espiritual. La canción no les pide hacer estas cosas pero sí pronuncia sentencia. Es difícil imaginar, no obstante, que Yahvé no hubiera suavizado su postura si la gente hubiera expresado remordimiento.

ISAÍAS 5:8-30. INJUSTICIA SOCIAL DENUNCIADA

Aunque este pasaje no aparece en nuestra lectura del leccionario, el que predica debe entender bien lo que significa. Constituye una serie de acusaciones hacia aquéllos que actuaban de manera injusta. Por ejemplo, versículo 8 habla de “los que juntan casa con casa, y allegan heredad á heredad hasta acabar el término.” Versículo 9 relata el juicio de Yahvé sobre los avariciosos. Aunque hayan sumado muchas casas a su inventario, “muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas.” Aunque siguen aumentando sus tierras, “diez huebras de viña producirán un zaque (como seis galones), y treinta modios de simiente (58 galones) darán tres modios” (como seis galones) (v. 10). El pasaje continúa en este tono amenazador.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada en http://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

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Copyright 2014, Richard Niell Donovan