Comentario
Estudio de la Biblia

Isaías 52:7-10

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

 

EXÉGESIS:

ISAÍAS 52:1-6. EL CONTEXTO

Estos versículos no aparecen en la lectura del leccionario, pero son una introducción esencial a la lectura. Claman a Sión para que se despierte y se vista con su mejor ropa para celebrar que los incircuncisos y los inmundos ya no pisarán las calles de Jerusalén (v. 1). Claman a la Jerusalén cautiva para que se despierte y afloje las ataduras de su cautiverio (v. 2).

El autor es Segundo Isaías, que escribió capítulos 40-55 para traerle esperanza al pueblo de Judea – un pueblo que ha sido derrotado y ha visto destruida su querida ciudad de Jerusalén y muchos de sus conciudadanos muertos por la espada. Los sobrevivientes han sufrido un largo exilio en Babilonia.

Todo esto ha llevado a una crisis de fe. Los exiliados se preguntan si Yahvé les ha abandonado – o si los dioses babilónicos se han mostrado más fuertes que Yahvé. El primer Isaías, que escribió capítulos 1-39, ha contestado estas preguntas, y ha puesto la responsabilidad ante los pies de los cautivos. Han pecado y el exilio es su castigo.

Pero Yahvé no ha abandonado a los exiliados, al contrario, prepara su redención. Yahvé ha utilizado a los babilónicos para castigar a los exiliados y también para prepararles para su redención. Ahora, el final de esa fase de su historia se acerca. Yahvé ha levantado a Ciro de Persia para derrotar a los babilónicos y asumir el dominio del mundo (Isaías 45:1). Ciro le dará la vuelta a la opresión de los babilónicos y permitirá que el pueblo de Judea regrese a su patria y reconstruya la ciudad de Jerusalén y su templo. Sin embargo, no es Ciro el que les salva, sino Yahvé.

“Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados” (v. 3). Yahvé no vendió el pueblo de Jerusalén a la servidumbre, por lo tanto, no tiene ninguna obligación con los babilónicos. Permitió que Babilonia se llevara cautivo el pueblo de Judea para castigarle por sus pecados. Ahora, Dios es libre para permitir la liberación de Judea. No es necesario pagar un precio por su redención ya que Babilonia no pagó nada por el privilegio de tener a Judea cautiva.

Versículos 4-5 relatan el cautiverio de Israel en Egipto y Asiria, y el efecto que tuvo sobre la reputación de Yahvé. “Continuamente es blasfemado mi nombre todo el día,” dice Yahvé (v. 5).

“Por tanto, mi pueblo sabrá (yada) mi nombre” (v. 6). Yahvé tomará una acción tan decisiva que su pueblo ya no tendrá dudas de su nombre, en vez, lo conocerá (lo sabrá – yada). Yada se refiere a un conocimiento profundo que viene con la experiencia y a través de relaciones con los demás. Es la palabra que se usa en Génesis para hablar del hombre conociendo a su esposa (Génesis 4:1, 17, 25). A menudo interpretamos esta palabra como conocimiento sexual, lo cual es verdad en el contexto del matrimonio. No obstante, como pueden atestiguar las personas casadas, el yada que acompaña el matrimonio es un conocer que va mucho más allá del conocimiento sexual. Es entender los pensamientos y sentimientos y valores del conyugue – es conocer en el sentido más profundo.

“por esta causa en aquel día: porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” (v. 6). La gente sabrá que Yahvé es el que habla cuando cumpla lo que se ha propuesto hacer. La verdad es que Yahvé ha cumplido sus propósitos durante todo el cautiverio babilónico, pero eso es algo que ni los exiliados ni los babilónicos podrían entender. Desde su perspectiva, parece que los dioses babilónicos han ganado – que han mostrado ser más fuertes que Yahvé. Pero Yahvé será vindicado públicamente cuando levante a Ciro de Persia para derrotar a los babilónicos y liberar a los exilados. Quedará claro para todos que Yahvé es el Dios más grande.

ISAÍAS 52:7. ¡CUÁN HERMOSOS SON LOS PIES!

7¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien (hebreo: mebasser), del que publica salud, del que dice á Sión: Tu Dios reina!”

El mensajero ha traído buenas noticias “de Babilonia a Jerusalén” (Brueggemann, 138). Puede ser el mensajero que Dios envió antes con estas palabras:

“Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
Hablad al corazón de Jerusalén:
decidle á voces que su tiempo es ya cumplido,
que su pecado es perdonado;
que doble ha recibido de la mano de Jehová
por todos sus pecados” (40:1-2).

La buena noticia es que Yahvé (a través de su agente, Ciro de Persia), ha derrotado a Babilonia. Israel pronto quedará libre.

El mensaje se describe de tres maneras: Es una buena noticia (mebasser) – es un anuncio de salvación – y es la seguridad de que Yahvé está en control. El equivalente en el Nuevo Testamento es euangelion (evangelio).

Este versículo tiene un toque de ironía. Cuando hablamos de belleza física no solemos pensar en los pies. Consideramos los pies una parte del cuerpo más modesta. De todos modos, para una persona en peligro, el instrumento de salvación es algo bello y no importa su apariencia. Para una persona que se ahoga, una barcaza vieja que se acerca con una cuerda es tan bella como cualquier otra cosa. Para una persona que se muere de sed, un vaso de agua es bello aunque esté desconchado o sucio. Para los prisioneros en los campos de concentración Nazis, los soldados estadounidenses que los liberaron eran algo maravilloso a pesar de sus caras sin afeitar y sus uniformes verde militar. Así es aquí. Para los exiliados que habían perdido la esperanza de volver a ser libres algún día, el que viene anunciando paz y buenas noticias y salvación es bello – bello hasta los pies.

ISAÍAS 52:8. TUS ATALAYAS ALZAN LA VOZ

8¡Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo á ojo verán que Jehová vuelve (hebreo: sub) á traer á Sión.

“¡Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo” (v. 8a). Los primeros en ver al mensajero son los centinelas que vigilan los alrededores desde sus atalayas. Estos centinelas vigilaban por si venía algún enemigo, y se alegrarían de ver un mensajero que trae buenas noticias.

Los centinelas ven el mensajero a lo lejos, pero por sus gestos entienden que trae buenas noticias. Quizá el mensajero alza los brazos sobre la cabeza en forma de “V” para victoria. Quizá levanta el puño al aire en señal de triunfo. De alguna manera, el mensajero transmite a los centinelas que las noticias son buenas.

Los centinelas están entrenados para avisar a la población cuando hay peligro, pero ahora se alegran de poder transmitir buenas noticias. En este caso, los centinelas alzan la voz y cantan juntos. El profeta le dice a la gente que escuche sus voces – para que puedan compartir en la alegría de los centinelas.

“porque ojo á ojo verán que Jehová vuelve (sub) á traer á Sión” (v. 8b). El verbo hebreo subaparece con frecuencia en el Antiguo Testamento y tiene una variedad de significados – cambiar o devolver o restaurar. En este caso, el profeta puede estar hablando de la restauración de Sión – o del regreso de Jehová a Sión – o ambas cosas.

Sión, claro, se refiere al Monte de Sión sobre el cual Jerusalén está construida. En la Biblia, a menudo se usa esta palabra para hablar de la ciudad de Jerusalén.

ISAÍAS 52:9. ¡CANTAD ALABANZAS!

9Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén: porque Jehová ha consolado su pueblo, á Jerusalén ha redimido.

“Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén” (v. 9a). Primero, el mensajero ha dicho que las noticias son buenas. Entonces, los centinelas cantan alabanzas para celebrar las buenas noticias. Ahora el profeta les dice a las “soledades de Jerusalén” que se unan al canto alegre. Recuerde que esto es poesía y puede ser que las ruinas alcen su voz en canto. Jesús usó lenguaje parecido el Domingo de Ramos cuando los fariseos insistían que Jesús mandara a sus discípulos que dejaran de alabarle. Jesús respondió, “Os digo que si éstos callaren, las piedras clamarán” (Lucas 19:40).
En este caso podríamos pensar de las ruinas de la ciudad como metáfora para el pueblo de Jerusalén. Sus vidas han sido arruinadas por los babilónicos, pero ahora pueden gozar y cantar porque Yahvé les ha restaurado. Ya no será un pueblo arruinado, sino un pueblo redimido.

“porque Jehová ha consolado su pueblo, á Jerusalén ha redimido” (v. 9b). Las ruinas no se quedarán en ruinas, porque Yahvé ha confortado a su pueblo y ha redimido Jerusalén. Esto no significa que la reconstrucción, sea de paredes o de personas, haya acabado, pero sí significa que el Señor ha determinado efectuar esta redención y, por lo tanto, la gente puede estar segura de que ocurrirá. La llamada es “cantad alabanzas, alegraos juntamente,” a pesar de que todavía no han visto los frutos de la determinación de Yahvé su redención. “Dar gracias con antelación es la alabanza más alta” (Oswalt, 370).

La palabra “redimido” tiene que ver con liberar de la esclavitud y suele requerir algún pago o rescate a cambio de la libertad. No obstante, como se anota en versículo 3, Yahvé no ha tenido que pagar ningún precio para redimir a su pueblo.

ISAÍAS 52:10. JEHOVÁ DESNUDÓ EL BRAZO DE SU SANTIDAD

10Jehová desnudó el brazo de su santidad ante los ojos de todas las gentes; y todos los términos de la tierra verán la salud del Dios nuestro.

“Jehová desnudó el brazo de su santidad ante los ojos de todas las gentes” (v. 10a). El brazo desnudo de Jehová advierte a los que se le oponen. Su brazo santo se desnuda para prepararse para la batalla contra los que subvierten su santidad o la santidad de su pueblo. Su propósito santo no es solo que la gente observe con lealtad la ley del Torá, sino también que establezcan justicia y cuiden de los necesitados.

“y todos los términos de la tierra verán la salud del Dios nuestro” (v. 10b). La salvación que Yahvé ofrece no se limita a Israel o a Judea, sino que incluye “todos los términos de la tierra.” Más adelante veremos como la temprana iglesia lucha por el papel de los gentiles en la iglesia. Pero en versículos como éstos el Antiguo Testamento muestra que Dios se preocupa por ambos judíos y gentiles – y por “todos los términos de la tierra.”

ISAÍAS 52:11-12. NO TOQUÉIS COSA INMUNDA

11Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; limpiaos los que lleváis los vasos de Jehová. 12Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel.

Estos versículos no aparecen en la lectura del leccionario, pero la mayoría de los leccionarios tratan versículos 7-12 como una unidad.

“Apartaos, apartaos, salid de ahí” (v. 11a). Los exiliados han soñado con salir de Babilonia – con dejar el exilio – con ser liberados de su esclavitud – con volver a su patria. La situación ahora es muy parecida a la de sus antepasados en Egipto, que también se encontraban esclavizados bajo una nación poderosa. En ninguno de los dos casos existía otra razón por la que esperar su libertad que no fuera Yahvé. Su situación parecía sin esperanza y su cautiverio no parecía tener final. Pero ahora oyen la orden de salir – “salid de ahí.” Estas son las palabras que han esperado oír.

La cuestión es si van a creer las buenas noticias y obedecer la orden. Yahvé ha hecho su parte. Ahora, su libertad depende de su voluntad para hacer lo que Yahvé ha mandado. Si se han quedado demasiado cómodos en su servidumbre o si tienen demasiado miedo para actuar, nunca verán su patria de nuevo.

Lo mismo es verdad para nosotros. Gente fiel a menudo nos habla de lo que se llama “un acto de fe.” Estas palabras aluden a la dificultad de actuar por fe sin ningún tipo de garantía o seguridad. Tal como Dios llamó a Abraham para que dejara su hogar y fuera a una tierra que Dios le mostraría, así también Dios nos llama a pisar camino teniendo fe que Dios nos revelará el destino a su debido tiempo. Es difícil, a veces extremadamente difícil, dejar lo familiar y salir ciegamente hacia lo desconocido.

Los exiliados no solo han de dejar Babilonia, pero también deben dejar atrás la vida pecaminosa que causó su exilio. Es importante estar libre de las fuerzas externas que nos encarcelan, pero es aún más importante estar libres de las fuerzas internas que nos impiden ser libres.

“no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; limpiaos los que lleváis los vasos de Jehová” (v. 11b). Yahvé es santo y espera que su pueblo sea santo. Los exiliados deben purificarse para estar preparados para lo que viene – han de llevar los vasos del templo desde Babilonia hasta Jerusalén.

“los que lleváis los vasos de Jehová” (v. 11b). Esdras relata la historia de la salida de los exiliados de Babilonia: “Y el rey Ciro sacó los vasos de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había traspasado de Jerusalén, y puesto en la casa de sus dioses” (Esdras 1:7).

“Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo” (v. 12a). No como la salida de Egipto, cuando tuvieron que huir apresuradamente bajo la amenaza de los soldados egipcios, su salida de Babilonia ocurrirá sin prisas y sin amenazas. Ciro de Persia les permitirá salir bajo la protección de su decreto imperial, y hasta les dará los fondos que necesitan para la restauración de Jerusalén y el templo.

“porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel” (v. 12b). Pero no es Ciro el que garantiza su libertad. Yahvé irá delante para explorar el camino y les protegerá por detrás. Con Yahvé para defenderles, por fin pueden sentirse seguros ante todo enemigo y peligro.

POSDATA:

Los libros de Esdras y Nehemías hablan de la restauración de Jerusalén y del templo. Aunque Yahvé garantizó la restauración, no lo hizo fácil. Los exiliados que regresaron experimentaron gran oposición por parte de la gente local y la reconstrucción paró abruptamente (Esdras 4; Nehemías 4-5). No obstante, los exiliados que regresaron le imploraron al Rey Darío, sucesor de Cambises II, hijo del Rey Ciro. Le pidieron a Darío que examinara los archivos para confirmar que Ciro, de hecho, había mandado el regreso de los exiliados y la reconstrucción del templo (Esdras 5). Cuando Darío encontró una copia del decreto de Ciro, entonces concedió su pleno apoyo y les dio los fondos para reconstruir el templo. Los exiliados entonces terminaron la reconstrucción (Esdras 6).

La lección aquí es que no debemos apresurarnos e interpretar la dificultad como señal del desagrado de Dios. Albert Schweitzer, que hizo muchas cosas buenas para Dios en África, dijo, “Cualquier persona que se proponga hacer el bien no debe esperar que otros le vayan quitando las piedras del camino, debe aceptar su lote con tranquilidad aunque otros le pongan aún más piedras por delante” (de su libro, Out of My Life and Thought).

Dios no permite que su pueblo pase dificultad solo para castigarle por sus pecados – lo hace porque la dificultad es parte normal de la vida del discípulo. No nos garantiza que tendremos vidas fáciles, pero sí garantiza que Dios prevalecerá. No nos garantiza la comodidad, sino la victoria.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

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Copyright 2015, Richard Niell Donovan