PASAJE BÍBLICO

Job 23:1-9, 16-17

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

El contexto para cualquier pasaje del libro de Job tiene que empezar con capítulo 1, donde se establece el carácter ejemplar de Job (1:1-5) reconocido por Dios (1:8). Pero Dios permitió que el satanás, uno de sus servidores celestiales, probara a Job quitándole su riqueza, su familia (1:13-21), y finalmente su salud (2:1-10).

NOTA: El satanás en el libro de Job no es el mismo satanás diabólico que aparece en el Nuevo Testamento. El satanás del libro de Job es un servidor celestial.

Los capítulos que preceden (2:11 – 22:30) están generalmente compuestos de conversaciones entre Job y sus amigos (aunque en capítulo 5 Dios habla). El esquema a lo largo de esos capítulos es que los amigos de Job, convencidos de que Dios prospera a los inocentes y castiga a los culpables, tratan de convencer a Job de que ha cometido un horrible pecado y que debe arrepentirse. Job, sin embargo, rehúsa reconocer tal pecado, porque cree en su inocencia – algo que nosotros, como lectores del primer capítulo, sabemos que es verdad.

El contexto inmediato para capítulo 23 es el capítulo que precede donde Eliphaz intenta convencer a Job de que su maldad es grande (22:5). Eliphaz dijo, “Amístate ahora con él (con Dios), y tendrás paz” (22:21) – por lo que quería decir que debía reconocer su culpabilidad. Eliphaz entonces prometió, “Si te tornares al Omnipotente, serás edificado” (22:23a). Esta promesa habría tentado mucho a Job, porque antes él había vivido una vida maravillosa, pero ahora se encuentra reducido a una vida terrible. Pero Job no pondrá su integridad en juego confesando pecados que no ha cometido.

JOB 23:1-2. HOY TAMBIÉN HABLARÉ CON AMARGURA

1Y respondió Job, y dijo:
2Hoy también hablaré con amargura (hebreo: meri);
Que es más grave mi llaga que mi gemido.

“Y respondió Job, y dijo” (v. 1). Job respondió a Eliphaz, el cual intentó convencerle a Job de que debe confesar sus pecados y regresar a Dios.

“Hoy también hablaré con amargura” (meri) (v. 2a). No es sorprendente que Job sienta amargura. Ha sido agraviado de una manera terrible. Ha sufrido no solo la pérdida de su riqueza y familia, pero también ha sido afligido por una terrible enfermedad de la piel – quizá furúnculos – que cubre su cuerpo de pies a cabeza. Su miseria física debe ser inaguantable.

Job tiene motivo por sentir amargura hacia sus amigos, quienes siguen insistiendo en su culpabilidad. Job cree, y con razón, que sus amigos están equivocados, pero ellos se niegan a creerle. Cualquier persona que pasa por el grave sufrimiento físico y emocional que Job está pasando debería recibir nuestra más profunda simpatía – pero “cuando Job necesitaba amigos, lo que recibió fue teólogos” (Tucker, 435).

Job también tiene motivo por sentir amargura hacia Dios, que permitió su grave injusticia.

En una nota al pie de la página, la NRSV reconoce que una traducción alternativa para meri es “rebelde.” Es posible que este versículo se refiera al desafío de Job en vez de su amargura. Esta traducción sería adecuada según el contexto. Job desafía a sus amigos cuando ellos intentan convencerle de que reconozca su culpabilidad. Como veremos, Job también intentará confrontar a Dios para argumentar su caso y ser vindicado. Esto también se podría considerar un tipo de desafío.

Que es más grave mi llaga que mi gemido” (v. 2b). La mano de Dios pesa sobre Job – y Dios no ha aflojado su puño sobre las llagas de Job aunque Job esté gimiendo de dolor.

JOB 23:3-5: ¡QUIÉN ME DIERA EL SABER DÓNDE HALLAR Á DIOS!

3¡Quién me diera el saber dónde hallar á Dios!
Yo iría hasta su silla.
4Ordenaría juicio (hebreo: mis∙pat) delante de él,
y henchiría mi boca de argumentos.
5Yo sabría lo que él me respondería,
y entendería lo que me dijese.

“¡Quién me diera el saber dónde hallar á Dios! Yo iría hasta su silla” (v. 3). Sorprendentemente, Job no ha perdido la fe en su propia inocencia ni en el juicio de Dios. Está convencido de que podría persuadir a Dios de su inocencia si solo pudiera hablarle cara a cara – hombre a Dios. Job valientemente proclama que hasta podría ir adónde Dios esté – visitarle en su reino celestial – ponerse ante el trono de Dios. Haría cualquier cosa por visitar a Dios, pero no sabe dónde empezar – no sabe dónde encontrarle.

“Ordenaría juicio (mis∙pat) delante de él, y henchiría mi boca de argumentos” (v. 4). La palabra mis∙pat a menudo se traduce como “justicia,” pero su significado depende del contexto. En este contexto, Job habla de presentarle su caso a Dios – su caso legal – los argumentos en su favor – las pruebas a su favor.

La mayoría de nosotros preferiría no ir a la corte porque, aun cuando estamos seguros de nuestra inocencia, no podríamos estar seguros de que un juez o jurado tomaría la decisión correcta. No obstante, Job quiere su día en corte porque: (1) no tiene nada que perder. Las cosas están tan mal como podrían estar. (2) Cree en ambos, la certidumbre de su causa y la justicia de su Dios.

“Los ‘argumentos’ con que llenaría su boca llenan las páginas de este libro que lleva su nombre. Sin duda declararía su inocencia; citaría ejemplo tras ejemplo de un pueblo apartado de Dios que no sufre; exigiría una explicación por las catástrofes que han ocurrido” (Alden, 362).

Yo sabría lo que él me respondería, y entendería lo que me dijese” (v. 5). Job no solo quiere presentar su caso, sino también escuchar lo que Dios tiene que decir. Se da cuenta de que no sabe todo – y tiene fe y cree que el Señor sí sabe todo. Job quiere hablar – presentar su caso – pero también quiere entrar en dialogo con el Señor – oír lo que tiene que decir – recibir la iluminación que solo puede venir del Señor.

VERSÍCULOS 6-7: ALLÍ EL JUSTO RAZONARÍA CON ÉL

6¿Pleitearía (hebreo: riyb) conmigo con grandeza de fuerza?
No: antes él la pondría en mí.
7Allí el justo razonaría con él:
Y escaparía para siempre de mi juez.

“¿Pleitearía (riyb) conmigo con grandeza de fuerza?” (v. 6a). La palabra riyb continúa el énfasis en la terminología legal. Significa, “llevar un juicio o caso legal y todo lo que esto comprende” (Baker & Carpenter, 1051).

Este es el primer rasgo de duda en este texto. Job se da cuenta de que está pidiendo negociar, no con un mero rey, pero con el Señor. Sabe que el Señor le puede derrotar en un debate o aplastarle como un insecto. Pero por solo un momento, Job se pregunta si ha ido demasiado lejos – si se ha puesto en peligro mortal al iniciar un dialogo con el Señor.

“No: antes él la pondría en mí” (v. 6b). Job concluye que el Señor no se aprovechará de su gran poder. Job cree que el Señor le dará la oportunidad de hablar, y que escuchará con cuidado lo que Job tiene que decir. Cree que el Señor no se empeñará en ganar el argumento, sino que querrá rectificar cualquier injusticia que Job puede haber sufrido.

“Allí el justo razonaría con él: Y escaparía para siempre de mi juez” (v. 7). Job cree que cualquier persona justa puede razonar con el Señor y que el Señor buenamente absuelve a las personas justas. Además, cree que él mismo es una persona justa, por eso, tiene la confianza de poder razonar con el Señor y que el Señor le absolverá.

JOB 23:8-9: IRÉ AL ORIENTE, Y NO LO HALLARÉ

8He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
Y al occidente, y no lo percibiré:
9Si al norte él obrare, yo no lo veré;
Al mediodía se esconderá, y no lo veré.

“He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré” (v. 8). “Los puntos oriente, occidente, norte, y mediodía se basan en una orientación al este” (Hartley, 340). Oriente sería el este, al otro lado del Río Jordán. Occidente sería el este – el Mar Mediterráneo. Job no puede hallar al Señor en ninguna de estas direcciones.

“Si al norte él obrare, yo no lo veré; Al mediodía se esconderá, y no lo veré” (v. 9). El norte sería en dirección a Siria. El mediodía sería el sur, en dirección de Egipto.

Job dice que ha buscado en todas direcciones, pero no ha podido encontrar al Señor. Su experiencia ha sido muy diferente a la del Salmista, que preguntó, “¿Adónde me iré de tu espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? Si subiere á los cielos, allí estás tú: Y si en abismo hiciere mi estrado, he aquí allí tú estás” (Salmo 139:7-8).

Quizá estamos más dispuestos a entender mejor la queja de Job que la seguridad que expresa el Salmista, porque la mayoría de nosotros en algún momento se ha preguntado si el Señor oye nuestras plegarias. La mayoría de nosotros se ha sentido muy sola durante momentos difíciles en nuestras vidas.

VERSÍCULOS 10-15: MAS ÉL CONOCIÓ MI CAMINO

10Mas él conoció mi camino:
Probaráme, y saldré como oro.
11Mis pies tomaron su rastro;
Guardé su camino, y no me aparté.
12Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
13Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará?
Su alma deseó, é hizo.
14El pues acabará lo que ha determinado de mí:
Y muchas cosas como estas hay en él.
15Por lo cual yo me espanto en su presencia:
Consideraré, y temerélo.

Estos versículos no están incluidos en el leccionario ya que se omitieron para crear una lectura más compacta. No obstante, el pastor los debe conocer e incluir en la lectura si él o ella piensa basar su sermón en este texto. Murphy va más allá hasta declarar la omisión de estos versículos como “fatal” (Murphy, 266).

“Mas él conoció mi camino” (v. 10a). El Señor conoce el camino que Job toma, y también conoce los caminos que Job ha tomado en el pasado. El Señor sabe de la inocencia o la culpabilidad de Job.

“Probaráme, y saldré como oro” (v. 10b). Job confía en su inocencia – y en que sobrevivirá la prueba como el oro (v. 10b). Hay varias pruebas para el oro. Una incluye derretirlo para que las impurezas (que pesan menos) se separen del oro. Este tipo de prueba requiere un fuego muy caliente, y Job seguramente siente que ha estado viviendo este tipo de prueba al haber perdido su riqueza, familia, y salud.

“Mis pies tomaron su rastro; Guardé su camino, y no me aparté” (v. 11). La imagen es la de un niño que sigue a su padre – tratando de poner sus pies en las huellas de su padre. Job clama que eso es lo que él ha estado haciendo con los pasos del Señor. A propósito ha seguido el camino por el que el Señor le ha llevado, y no ha caído en la tentación de torcer para un lado u otro. Sabemos que Job dice la verdad, porque el Señor ya ha testificado de la lealtad de Job (1:8).

“Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida” (v. 12). Antes, Eliphaz aconsejó a Job, “Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón” (22:22). Ahora Job dice que ha hecho eso. No solo ha observado los mandamientos del Señor, sino que los ha abrazado – los ha cuidado bien en su pecho – los ha incorporado en lo más profundo de su ser.

“Empero si él se determina en una cosa, ¿quién lo apartará? Su alma deseó, é hizo” (v. 13). Pero ahora Job experimenta otro momento de duda, porque sabe que el Señor está sobre todo y hace lo que quiere. Entonces, aunque Job quiera aparecer ante Dios para presentar su caso, está ansioso. ¿Quién es Job para cambiarle la mente? ¿Quién es Job para persuadirle al Señor de que rectifique la injusticia que ha experimentado?

“Él pues acabará lo que ha determinado de mí: Y muchas cosas como estas hay en él” (v. 14). Job sabe que está completamente a la merced del Señor. También cree que el Señor debe haber consentido su sufrimiento. Ya que este sufrimiento era injusto, Job entiende que puede haber más sufrimiento en su futuro.

“Por lo cual yo me espanto en su presencia: Consideraré, y temerélo” (v. 15). El momento de duda que Job experimenta se convierte en un momento de terror – el terror que viene al tratar un mundo sin sentido – el terror que viene al tratar con una fuerza abrumadora. Aunque hacía un momento Job expresó gran confianza en la justicia de su causa y en la justicia del Señor, ahora no está tan seguro. Ha experimentado sufrimiento que no merecía, entonces, es posible que su futuro sea tan injusto como su presente. La fuerza asombrosa del Señor tiene la capacidad de ser letal.

VERSÍCULOS 16-17: DIOS HA ENERVADO MI CORAZÓN

16Dios ha enervado mi corazón,
Y hame turbado el Omnipotente.
17¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas,
Y cubrió con oscuridad mi rostro?

“Dios ha enervado mi corazón, y hame turbado el Omnipotente” (v. 16). Job pone la responsabilidad de su terror a los pies del Señor. En un sentido, tiene razón. Aunque no entiende por completo lo que hay detrás de su sufrimiento, sí sabe que sufre injustamente. Esto le asusta porque significa que está viviendo en un mundo que no puede comprender – y alabando a un Dios que no puede comprender plenamente.

Pero en otro sentido, Job es responsable de su terror. Antes expresó confianza en su inocencia y en la justicia del Señor. Cuando pensaba así no tenía miedo. Fue cuando su fe se debilitó que sintió miedo. Si puede recuperar su fe, el terror se desvanecerá.

“¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, y cubrió con oscuridad mi rostro?” (v. 17). El hebreo para versículo 17a reconoce más de un significado posible. El NIV dice, “Aún no me silencia la oscuridad.” La NRSV sugiere que Job se ha rendido y quiere que el mundo se abra y le trague – un sentimiento que la mayoría de nosotros ha experimentado en algún momento u otro. Pero el NIV nos lleva en dirección opuesta, sugiriendo que Job aún tiene un espíritu desafiante que rehúsa ser silenciado, por mucho miedo que tenga.

Aquí, académicos difieren porque el hebreo original podría permitir cualquiera de las traducciones mencionadas arriba. El contexto tampoco ayuda a solucionar esta cuestión, pero la preponderancia de opinión erudita parece favorecer la traducción del NIV, que describe a Job recto y desafiante hasta el final (Newsome, 543; Balentine, 366; Alden, 243).

POSDATA:

Capítulo 24 no es parte de esta lectura, pero el pastor debe conocerlo. En ese capítulo, Job se queja de gente malvada que engaña y roba y se aprovecha de los indefensos – pero el Todopoderoso no parece hacerles responsables. ¿Dónde está la justicia? ¿Por qué permite Dios estas cosas? ¡Buenas preguntas!

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Alden, Robert L., New American Commentary: Job, Vol. 11 (Broadman & Holman Publishers, 1993)

Andersen, Francis I., Tyndale Old Testament Commentaries: Job, Vol. 13 (Downers Grove, Illinois: Inter-Varsity Press, no date)

Balentine, Samuel E., Smyth & Helwys Bible Commentary: Job (Macon, Georgia: Smyth & Helwys Publishing, Inc., 2006

Hartley, John E., New International Commentary on the Old Testament: The Book of Job (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1988)

Janzen, J. Gerald, Interpretation Commentary: Job (Atlanta: John Knox Press, 1985)

McKenna, David L., The Preacher’s Commentary: Job (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1986)

Murphy, Roland E., in Van Harn, Roger (ed.), The Lectionary Commentary: Theological Exegesis for Sunday’s Text. The First Readings: The Old Testament and Acts (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2001)

Newsom, Carol A., The New Interpreters Bible: Job, Psalms, and 1 & 2 Maccabees, Vol. IV (Nashville: Abingdon Press, 1996)

Newsome, James D., in Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV––Year B (Louisville: Westminster John Knox Press, 1993)

Tucker, Gene M. in Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, B (Valley Forge: Trinity Press International, 1993)

Wilson, Gerald H., New International Biblical Commentary: Job (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 2007)

Copyright 2009, Richard Niell Donovan