Comentario
Estudio de la Biblia

Lucas 7:11-17

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

TRASFONDO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

El trasfondo del Antiguo Testamento para la historia de Jesús resucitando al hijo de la viuda trata de los milagros hechos por Elías (1 Reyes 17:10-24) y Eliseo (2 Reyes 4:18-37). La mayoría de judíos (y posiblemente de cristianos gentiles) de la época de Jesús conocían en detalle las historias de Elías y Eliseo. Por lo tanto, pronto comprenderían su relación con la historia de Jesús resucitando al hijo de la viuda.

• Elías invocó la ayuda de Dios para poder restaurar la vida del hijo difunto de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:10-24). Los paralelos entre esta historia y la de Jesús y la viuda de Naín son impresionantes. Ambos Elías y Jesús llegan a una puerta (1 Reyes 17:10, 17; Lucas 7:12). Ambos tratan a una viuda cuyo único hijo ha muerto (1 Reyes 17:17-18; Lucas 7:12). Elías clama al Señor, y Jesús tiene compasión (1 Reyes 17:20-21; Lucas 7:13). Elías se pone sobre el niño, y Jesús toca el féretro (1 Reyes 17:21; Lucas 7:14). “El alma del niño volvió á sus entrañas, y revivió” y “Se incorporó el que había muerto, y comenzó á hablar” (1 Reyes 17:22, Lucas 7:15). Ambos Elías y Jesús “diólo á su madre” – las palabras en la versión griega septuagésima del Antiguo Testamento son exactamente iguales (1 Reyes 17:23; Lucas 7:15).

La diferencia más grande entre las dos historias está en la facilidad con que Jesús resucita al hombre muerto. Mientras que Elías se puso sobre el niño tres veces y oró a Dios que restaurase la vida del niño (1 Reyes 17:20-22), Jesús simplemente tocó el féretro y le mandó al mancebo que se levantara (Lucas 7:14).

• Eliseo resucitó al único hijo de una mujer sunamita (2 Reyes 4:18-37). Sunem estaba ubicado a siete millas (11 kilómetros) al sur de Nazarea – entonces, geográficamente, el lugar donde Jesús resucita al hijo de la viuda se encuentra bastante cerca de donde Eliseo resucitó al hijo de la mujer sunamita (Myers, 747, 946; Gilmour, 132). Existen otros paralelos, sin embargo, entre la historia de Elías y la de Jesús.

Otra diferencia entre las historias de Elías-Eliseo y la de Jesús es que ambos Elías y Eliseo beneficiaron de la hospitalidad de las respectivas madres y, de cierta manera, estaban endeudados con ellas – pero no hay ninguna indicación de que Jesús hubiera visto la viuda de Naín antes de esta ocasión en la que hace resucitar a su hijo de la muerte.

Estos paralelos entre los profetas del Antiguo Testamento y Jesús ayudan a la gente a comprender que Jesús es un profeta (v. 16).

LUCAS 7:1-13. EL CONTEXTO

La historia de Jesús resucitando al hijo de la viuda se relaciona con las que inmediatamente la preceden y siguen:

• Es una historia acompañada por la historia de Jesús curando al sirviente del centurión (7:1-10). Lucas a menudo empareja la historia de un hombre con la de una mujer, y ése es el caso aquí con el centurión y la viuda. En ambas historias, la palabra de Jesús tiene gran poder – el poder de sanar, aunque sea a distancia, y el poder de resucitar.

• Anticipa la respuesta de Jesús a los mensajeros enviados por Juan (7:18-23). Primero, Jesús resucita al hijo difunto de la viuda, y entonces les dice a los mensajeros de Juan, “Id, dad las nuevas á Juan de lo que habéis visto y oído: que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, á los pobres es anunciado el evangelio” (7:22).

LUCAS 7:11-12. ERA UNIGÉNITO DE SU MADRE

11Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama Naín, é iban con él muchos de sus discípulos, y gran compañía. 12Y como llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera á un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda: y había con ella grande compañía de la ciudad.

“Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama Naín, é iban con él muchos de sus discípulos, y gran compañía” (v. 11). Como se anota arriba, Naín se ubica a 5.5 millas (9 kilómetros) al sureste de Nazarea – cerca del lugar donde se crió Jesús y no lejos de Capernaum, donde se estableció de adulto y donde pronunció la palabra que sanó al sirviente del centurión.

“Y como llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera á un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda: y había con ella grande compañía de la ciudad” (v. 12). Lucas delinea unas circunstancias desesperantes. La mujer ya era viuda, y ahora sufre la muerte de su único hijo. Esto sería terrible para cualquier mujer en cualquier tiempo y lugar, pero este sufrimiento sería aún el doble para una mujer que vive en una sociedad patriarcal. No solo es ésta una tragedia personal, sino también una catástrofe económica, que deja a la mujer sin ningún medio para mantenerse.

LUCAS 7:13-15. JESÚS SE COMPADECIÓ DE ELLA

13Y como el Señor la vio, compadecióse de ella, y le dice: No llores. 14Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon. Y dice:Mancebo, á ti digo, levántate. 15Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó á hablar. Y dióle á su madre.

“Y como el Señor la vio, compadecióse de ella” (v. 13a). Lucas raras veces habla de las emociones de Jesús, pero aquí habla de su compasión. El propósito de Jesús no es llamarse atención a si mismo – aunque eso es uno de los resultados de sus acciones – sino ayudar a una mujer que lo necesita.

“No llores” (v. 13b). Fitzmyer anota que una traducción literal sería, “No sigas llorando” (Fitzmyer, 659). Estas palabras implican que Jesús tiene alguna manera de confrontar el problema de la muerte de su hijo. Crea expectativas que debe cumplir que, si no las cumple, solamente añadirá a la pesadumbre de esta mujer.

“Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon” (v. 14). Tocar el féretro parece anunciar a los portadores que deben parar, lo cual hacen. Tocar un cadáver rinde a una persona inmunda de manera ritual por siete días (Números 19:11, 16). Aparentemente, Jesús solo toca el féretro y no el cuerpo pero, antes, había demostrado falta de preocupación por una prohibición similar al tocar un leproso mientras le curaba (5:13). El tocar es una parte importante de su ministerio (8:44-46; 18:15; 22:51; 24:39).

“Y dice: Mancebo, á ti digo, levántate” (v. 14). Jesús no reza que Dios restaure la vida de este hombre, en vez, habla directamente con el difunto. No se compromete por medio de ningún comportamiento histérico, sino que simplemente declara un breve mandato. Eso es todo lo que se requiere.

“Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó á hablar. Y dióle á su madre” (v. 15). No se ha mencionado la fe para nada. La madre no ha pedido la ayuda de Jesús – ni ha mostrado fe en él. Lo que ocurre aquí es solo iniciativa de Jesús, y depende solo en su poder. Cuando habla, cosas pasan.

LUCAS 7:16-17. UN GRAN PROFETA SE HA LEVANTADO ENTRE NOSOTROS

16Y todos tuvieron miedo, y glorificaban á Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado á su pueblo (griego: kai hoti epeskepsato ho theos ton laon autou –literalmente “y ha visitado a su pueblo”). 17Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor.

“Y todos tuvieron miedo” (v. 16). El miedo es una reacción natural frente la revelación del poder de Dios (1:12, 30, 50, 65; 2:9; 5:10, 26; 8:25, 35-37; 21:26).

“y glorificaban á Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros” (v. 16). Antes, Dios le prometió a Moisés, “Profeta les suscitaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare” (Deuteronomio 18:18) – promesa que señalaba hacia la venida del Cristo (Hechos 3:22-23; 7:35-37). La multitud (aunque seguramente no comprendía el significado de sus palabras) proclama que la promesa ha sido cumplida.

“y que Dios ha visitado á su pueblo” (griego: ha visitado a su pueblo) (v. 16). Como se anota arriba, los paralelos obvios entre Elías y Jesús dejan claro que Jesús es un profeta. A ciertos eruditos les preocupa que gente no lleve esto aún más allá, porque Jesús es más que un profeta. No obstante, aún es pronto en el ministerio de Jesús y no está listo para revelar plenamente su identidad.

“Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor” (v. 17). Parece extraño que Lucas mencione aquí a Judea, ya que este milagro tomó lugar en Galilea. Es probable que pretenda que pensemos de “Judea” como “la tierra del pueblo judío” – en este caso, “toda la tierra de alrededor” se referiría a territorio gentil.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

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