Comentario
Estudio de la Biblia

Marcos 12:38-44

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

MARCOS 12:38-44. UN REPASO

Anote donde se encuentra esta historia en el Evangelio de Marcos. Jesús ha entrado en Jerusalén aclamado por las multitudes (11:1-11). Ha limpiado el templo (11:15-19) y terminado con una serie de disputas con fariseos, herodianos, y escribas (11:27 – 12:37). Enseña en el templo (12:35). Semana Santa ha comenzado. Lo único que queda es esta última oportunidad para enseñar a los discípulos (capítulo 13), la narrativa de la pasión (capítulos 14-15), y la resurrección (capítulo 16).

Nuestra lección del Evangelio consiste de dos historias que se complementan, unidas por la mención de viudas. Estas historias contrastan el orgullo y egoísmo de los escribas con la generosidad de una viuda.

MARCOS 12:38-40. GUARDAOS DE LOS ESCRIBAS

38Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas (griego: stolais), y aman las salutaciones en las plazas, 39Y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40Que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor juicio.

“Y les decía en su doctrina” (38a). Los escribas son los maestros oficiales, pero Jesús enseña la verdad acerca de estos maestros.

“Guardaos de los escribas” (v. 38b; véase también Marcos 8:15; Mateo 23). Jesús se refiere a hombres a quienes se les confía el liderazgo religioso pero que han convertido su posición de confianza en sinecuras egoístas. Se enfocan en lo que pueden recibir en vez de lo que pueden dar. Sus ropas largas, caras e imprácticas para el trabajo manual, les identifica como gente profesional. La palabra stolais sugiere una prenda festiva – elegante (France, 490). Los escribas disfrutan el honor público que acompaña su posición. En el mercado, gente se levanta con respeto cuando se acercan. En la sinagoga, escribas se sitúan en puestos de honor en una tarima frente a la congregación – oteando ellos a la multitud, pero más importantemente, siendo vistos por ella.

Estas son tentaciones para cualquier edad. ¿A quién no le gusta ser recibido con una alfombra roja? ¿Quién no disfruta de llevar ropa bien cortada? ¿Quién no disfruta de encontrar una menta en su almohada? ¿Quién no disfruta de ser recibido con un título de honor? Todo esto puede ser inocente o corrosivo, dependiendo de como afecta nuestras relaciones.

No debemos presumir que todos los escribas sean culpables. Jesús conversó con un escriba que había pronunciado no estar lejos del reino (12:34). Gente en puestos de honor generalmente sirve de manera honorable. “Pero puestos de honor suelen atraer personas que no son honorables y, lamentablemente, esto también se aplica a la religión” (Craddock, 465).

Jesús enseñó a los discípulos, “Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos” (9:35; véase también 10:31, 43-44). Enseñó, “Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos”(10:45). Su vida contrasta de manera dramática con la de los escribas a quienes critica. No como ellos, se viste modestamente y sirve las necesidades de gente humilde por el camino. Le avisó a un posible seguidor, “Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza” (Mateo 8:20).

“Que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones” (v. 40a). En una sociedad patriarcal, las viudas son especialmente vulnerables. Escribas hacen de abogados y teólogos, asistiendo con asuntos financieros tanto como espirituales. En algunos casos, hasta que manejan el dinero de otros (Lane, 441). Mientras que a los escribas no se les permite cobrar por sus servicios, nada les prohíbe solicitar contribuciones por su propio mantenimiento. Sus largas oraciones reflejan un carácter piadoso, lo cual les facilita aprovecharse de gente poco sofisticada.

Josefus relata el asombroso comportamiento por parte de algunos líderes religiosos, unos de los cuales utilizaban secuaces para sobornar fondos de sus sacerdotes subordinados. También relata que en 66 a.C., rebeldes hicieron arder la casa del alto sacerdote con el motivo de destruir documentación de deudas (Evans, 284).

“Estos recibirán mayor juicio” (v. 40b). Dada su postura de confianza en la sinagoga, su culpabilidad se multiplica al fallar como administradores, y Dios les hará responsables. En otro contexto, Jesús dijo,“porque á cualquiera que fue dado mucho, mucho será vuelto á demandar de él; y al que encomendaron mucho, más le será pedido” (Lucas 12:48).

Estos mismos pecados seguramente empiezan a descubrirse en la época de la iglesia de Marcos. Algunos líderes religiosos siempre están más preocupados con privilegios personales que con proveer un servicio leal.

Cristianos siempre se encuentran atrapados entre los cuernos de un dilema. ¿Cuándo es que bellos edificios y ropas caras paran de glorificar a Dios y empiezan a glorificar clérigos y congregaciones? Éste no es un asunto que se pueda juzgar por el coste de los edificios o la ropa, sino que es un secreto escondido en nuestros corazones – ¡y Dios conoce nuestros corazones!

Al considerar las opciones de como predicar este texto, debemos recordar que representar las vidas de los vulnerables es un asunto, no solo de sinagogas e iglesias, sino de todos:

• Ejecutivos de negocios están tentados a tratar a clientes y empleados como ruedas en la maquina de hacer dinero.

• Oficiales gubernamentales están tentados a vender pólizas y privilegios a cambio de contribuciones a su campaña o favores personales.

• Líderes militares están tentados a poner su promoción personal ante el bienestar de sus subordinados.

• Mecánicos están tentados a recomendar reparaciones innecesarias.

• No es necesario ser rico ni famoso para hacer victimas de los vulnerables, y no son solo los de abajo los que pueden ser vulnerables. Un desfalcador hace victima a la persona que lo emplea. Una persona que acusa falsamente a un supervisor de discriminación o abuso sexual se convierte en el que abusa. En estos casos, el que emplea o el supervisor puede ser la persona vulnerable – vulnerable hasta la ruina – igual que una viuda es vulnerable.

Es posible que casi cualquiera de nosotros hagamos daño a los vulnerables. De los que lo hacen, Jesús dice, “Estos recibirán mayor juicio” (v. 40).

MARCOS 12:41-44. ECHÓ TODO LO QUE TENÍA

41Y estando sentado Jesús delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca: y muchos ricos echaban mucho. 42Y como vino una viuda pobre, echó dos blancas (griego:lepta), que son un maravedí (griego: kodrantes). 43Entonces llamando á sus discípulos, les dice: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca: 44Porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento.

“Y estando sentado Jesús delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca” (v. 41a). En el Patio de las Mujeres, a lo largo de la pared, hay trece receptáculos grandes de metal en forma de trompetas, usados para recibir ofrendas hacia diferentes propósitos. Gente que no suele dar basándose en un espíritu de generosidad, es tentada a hacerlo solo para ser visto por los demás.

“y muchos ricos echaban mucho” (v. 41b). Los receptáculos están a plena vista, y su tintineo anuncia la cantidad de sus ofrendas. El que da está tentado a considerar el valor del tintineo de su ofrenda. ¿Sería más impresionante escuchar pocos pero sonoros tintineos – o sería mejor un prolongado tintineo de leves sonidos? Quizá, como una demostración de fuegos artificiales, la mejor demostración sería un número pequeño de sonidos leves, seguidos por un sonoro y grande final.

Hoy día, el uso de cheques, dinero en billetes, y sobres de ofrenda ha eliminado esta tentación de las ofrendas, pero la tentación se presenta de otras maneras. Muchos hacen ofrendas substanciales, en parte por sus beneficios de relaciones públicas. Jesús dice que tales donadores ya han recibido su recompensa (Mateo 6:1-2).

“Y como vino una viuda pobre, echó dos blancas (griego: lepta), que son un maravedí” (kodrantes – una palabra prestada del latín por el bien de lectores romanos de Marcos) (v. 42). Leptas son monedas pequeñas, pero valían más que un centavo actual. Cada lepta valdría un diez por ciento de una hora de paga para un trabajador – quizá el equivalente de un dólar o dos en moneda actual (si vive fuera de EEUU, utilice la media de la paga normal para calcular el valor en moneda local). Es muy poco para mantener a una mujer por mucho tiempo, pero sí son lo suficientemente valiosas para importar – dosleptas comprarían una comida modesta. Monedas pequeñas, apenas se oyen al caer en los receptáculos metálicos. Solo Jesús escucha los dos leves tintineos y comprende su significado.

“Entonces llamando á sus discípulos, les dice” (v. 43a) – esta formula familiar de Marcos anuncia una enseñanza importante. “De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca: Porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento” (v. 43b-44). Jesús no condena las grandes ofrendas de los ricos, pero dice que la ofrenda de esta mujer es aún más grande. Lo calcula, no basado en lo que ella da, sino en lo que le queda. Sabe lo fácil que sería para ella pensar, “Esta pequeña cantidad no importa, así les dejaré a los ricos que llenen los receptáculos.” Sabe lo fácil que sería para ella dar una moneda en vez de dos.

En años recientes, varios eruditos han propuesto que Jesús lamenta la contribución de esta mujer en lugar de alabarla. Mencionan que Jesús pone necesidad humana ante religiosidad, y que condena a los escribas por su avaricia (vv. 38-40), y predice la destrucción del templo (13:1-8). Concluyen que Jesús está preocupado por el sacrificio que hace esta mujer por líderes que no se lo merecen y por un templo condenado.

Sin embargo, las palabras de Jesús en versículos 43-44 son claramente palabras de alabanza y no de lamentación. Mientras que por dentro puede estar desanimado por la probabilidad de que los líderes religiosos malgasten la ofrenda de la mujer, admira su fe en Dios y el sacrificio de su ofrenda. Su ofrenda nos recuerda a la viuda de Sarepta, que dio lo que le quedaba de comida al profeta Elías, y que fue recompensada por Dios con una tinaja de grano que nunca escasearía y una botija jarrón de aceite que nunca disminuiría (1 Reyes 17:8-16).

“Porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento” (v. 44).  En capítulo 9, los discípulos discutieron entre ellos sobre cuál era el más grande (9:33-37). En capítulo 10, Jacobo y Juan pidieron un lugar de honor en el reino de Jesús (10:35-45). Ahora, en capítulo 12, Jesús les demuestra el verdadero significado de grandeza.

Ésta no es una historia-ejemplo en que Jesús nos dice que vayamos y hagamos lo mismo. No requiere que echemos hasta el último centavo al cesto de ofrenda. Sin embargo, debemos escuchar cuidadosamente para poder discernir la llamada de Cristo que se dirige a cada uno de nosotros acerca la administración de ofrendas. Claramente, no es correcto darle a Dios un poco de lo que sobra después de haber pagado las cuentas. Cristo espera que pongamos a Dios primero, no último. Un diezmo es el estándar bíblico más claro para hacer ofrendas – y Dios clama a algunos en particular para que den mucho más. Pero, lo más importante es que hemos de hacer nuestras ofrendas en silencio, sin llamar la atención.

Pronto, Marcos nos contará la historia de la mujer que unge la cabeza de Jesús con un ungimiento precioso (14:3-9). En ese instante, Jesús ligará el ungir con su muerte venidera y le dará una bendición a la mujer (14:8-9).

Mientras que Jesús no dice que gente siempre recordará a esta viuda, su historia aún se oye a través del mundo hoy. Sus dos pequeñas monedas demuestran que aún “los más humildes y pobres…pueden hacer una ofrenda valiosa a Dios” (Hooker, 296). Su ejemplo nos bendecirá hasta el fin del mundo.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Barclay, William, Gospel of Mark (Edinburgh: The Saint Andrew Press, 1954)

Brooks, James A, The New American Commentary: Mark (Nashville: Broadman Press, 1991)

Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV––Year B (Louisville: Westminster John Knox Press, 1993)

Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, B (Valley Forge: Trinity Press International, 1993)

Donahue, John R. and Harrington, Daniel J., Sacra Pagina: The Gospel of Mark (Collegeville: The Liturgical Press, 2002)

Edwards, James R., The Gospel According to Mark (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)

Evans, Craig A., Word Biblical Commentary: Mark 8:27––16:20 (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 2001)

France, R.T., The New International Greek Testament Commentary: The Gospel of Mark (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)

Geddert, Timothy J., Believers Church Bible Commentary: Mark (Scottdale, PA: Herald Press, 2001)

Grant, Frederick C. and Luccock, Halford E., The Interpreter’s Bible, Vol. 7 (Nashville: Abingdon, 1951)

Hare, Douglas R. A., Westminster Bible Companion: Mark (Louisville: Westminster John Knox Press, 1996)

Hooker, Morna D., The Gospel According to Saint Mark (Hendrickson Publishers, 1991)

Lane, William L., The New International Commentary on the New Testament: The Gospel of Mark(Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1974)

Perkins, Pheme, The New Interpreter’s Bible, Vol. VIII (Nashville: Abingdon, 1995)

Williamson, Lamar Jr., Interpretation: Mark (Atlanta: John Knox Press, 1983)

Copyright 2006, 2018 Richard Niell Donovan