PASAJE BÍLICO

Sofonías 1:7, 12-18

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

El primer versículo de este libro nos dice “Palabra de Jehová que fue á Sofonías hijo de Cushi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezechîas, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá” (Sofonías 1:1).

No sabemos si Ezechîas de la genealogía de Sofonías es el buen rey Ezechîas que reinó entre 715-687 a.C. Si es así, en este versículo Sofonías nos comunica su propio linaje real.

Rey Josías reinó de 640-609 a.C., habiendo subido al trono a la edad de ocho años después del asesinato de su padre, Rey Amón (2 Reyes 21:24 – 2:1). Reinó en un tiempo turbulento. No solo existía tumulto interno, como demuestra el asesinato de su padre, pero Asiria, la superpotencia regente, estaba en declive y Babilonia emergía como la nueva superpotencia.

Josías quitó “todas las casas de los altos que estaban en las ciudades de Samaria” (2 Reyes 23:19) y “Asimismo barrió Josías los pythones, adivinos, y terapheos, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová” (2 Reyes 23:24).

Pocos años después del reinado de Josías (609 a.C.), Jerusalén cayó a los babilónicos (587 a.C.). Los babilónicos mataron mucha gente de Judá, y se llevaron al resto exiliado en Babilonia. Son estos acontecimientos terribles los que Sofonías predice en el primer capítulo de este libro.

El libro de Sofonías es relativamente corto – solo tiene tres capítulos. El profeta presenta un relato histórico que comienza con el juicio de Judá (1:1-13), el Gran Día de Jehová (1:14-18), el juicio sobre los enemigos de Israel (2:1-15), la maldad de Jerusalén (3:1-7), el castigo y la conversión de las naciones (3:8-13), y una Canción de Alegría (3:14-20). Nosotros que beneficiamos del paso del tiempo podemos ver que Sofonías se refería al Exilio Babilónico y al regreso consiguiente de los exiliados a Jerusalén.

En este pasaje, la voz pasa del profeta (v. 7) al Señor (vv. 12-13) al profeta (vv. 14-16), y al Señor de nuevo (vv. 17-18).

SOFONÍAS 1:7. EL DÍA DE JEHOVÁ ESTÁ CERCANO

7Calla en la presencia del Señor Jehová (YHWH – Yahvé),
porque el día de Jehová está cercano;
porque Jehová ha aparejado sacrificio,
prevenido (hebreo: qadas) á sus convidados.

“Calla en la presencia del Señor Jehová” (v. 7a). Aquí habla el profeta. Ha relatado la devastación general del mundo (vv. 1-3) y Judá en particular (vv. 4-6). Ahora pide silencio de la gente para que oiga los detalles del juicio que enfrentan.

“porque el día de Jehová está cercano” (v. 7b). El día de Jehová es un evento escatológico (del final del tiempo) que traerá juicio para los culpables y libertad para los fieles. Hay numerosas menciones en los profetas del Día de Jehová (Isaías 13:6, 9; Jeremías 46:10; Ezequiel 13:5; 30:3; Joel 1:15; 2:1, 11, 31; 3:14; Amós 5:18, 20; Abdías 1:15; Sofonías 1:7, 14; Malaquías 4:5). La mayor parte de estas referencias enfatizan la ira de Dios, pero algunas tienen una nota de vindicación. La profecía de Sofonías es particularmente fuerte, pero capítulo 3 termina en un tono más alegre.

Como se anota arriba, los que tenemos la ventaja de conocer el pasado, entendemos que Sofonías predecía el Exilio Babilónico y el regreso consiguiente de los exiliados a Jerusalén.

El profeta no propone un remedio. No clama por el arrepentimiento. El juicio se acerca.

“porque Jehová ha aparejado sacrificio” (v. 7c). Esto está al revés. Es la gente la que ha de preparar sacrificios a Jehová. Pero este versículo está cargado de ironía. El Señor ha preparado el sacrificio, y el sacrificio es la gente de Jerusalén y Judá. Los invitados a la cena serán sus enemigos, invitados por el Señor para burlarse de ellos.

“prevenido (qadas) á sus convidados” (v. 7d). Prevenir (qadas) es diferenciar a alguien o algo para cumplir un propósito sagrado. El Señor mandó a los israelitas que apartaran su primer nacido para el Señor (Éxodo 13:2). Apartaron también a Aarón y a sus hijos como sacerdotes (Éxodo 28:41). Ahora, el Señor aparta a los enemigos de Judá para que cumplan el propósito sagrado de burlarse de ellos.

SOFONÍAS 1:12-13. HARÉ VISITACIÓN SOBRE LOS HOMBRES

12Y será en aquel tiempo, que yo escudriñaré á Jerusalén con candiles,
y haré visitación sobre los hombres
que están sentados sobre sus heces,
los cuales dicen en su corazón:
Jehová ni hará bien ni mal.

13Será por tanto saqueada su hacienda,
y sus casas asoladas:
y edificarán casas,
mas no las habitarán;
y plantarán viñas,
mas no beberán el vino de ellas.

“Y será en aquel tiempo, que yo escudriñaré á Jerusalén con candiles” (v. 12a). Aquí habla el Señor.

Ninguno de los habitantes de Jerusalén podrá escapar el juicio que el Señor piensa imponerles. No habrá donde esconderse para que el Señor no les encuentre. No importa donde se metan, el Señor usará candiles para encontrar a los culpables. El Señor les entregará a sus enemigos.

“y haré visitación sobre los hombres que están sentados sobre sus heces” (v. 12b). Hoy día tenemos una expresión parecida – descansar sobre laureles. Esta expresión tiene raíces en la práctica de conceder una hoja de laurel en reconocimiento de un logro notable. Descansar sobre laureles significa depender en logros pasados en lugar de seguir haciendo un esfuerzo en el trabajo.

En el ejército, gente usa la frase “retirarse en activo” para describir a los que aún cobran su salario pero a quienes ya no les importa nada. La mayoría de organizaciones tiene a alguien que está retirado en activo.

Este versículo nos da la imagen de una gente sentada sobre laureles – retirada en activo. Esperan que el Señor les cuide, pero dan muy poco a cambio.

“sobre sus heces” (v. 12b). Esta expresión viene del arte de hacer vino. Las heces son partículas sólidas que posan al fondo de una botella de vino o un barril, inadecuados para el consumo humano. Lo más que la botella o barril permanezca inmóvil, más heces que posan en el fondo. La imagen que nos da este versículo es de una gente que ha permanecido espiritualmente inmóvil tanto tiempo que sus heces se encuentran muy bien posadas.

“los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni mal” (v. 12c). Esta gente complaciente da por hecho que el Señor también se ha vuelto complaciente. Cree que el Señor no les ayudará ni impedirá. No espera recompensa por hacer la voluntad de Jehová ni castigo por no hacerla. Son ateos funcionales – no que rechazarían la existencia de Dios, sino que creen que Dios ya no cuenta para mucho.

“Será por tanto saqueada su hacienda, y sus casas asoladas” (v. 13a). Pero se equivocan. El Señor los lastimará por sus pecados. Verán sus riquezas saqueadas y sus casas cómodas destruidas cuando los babilónicos saqueen Jerusalén.

“y edificarán casas, mas no las habitarán; y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas”(v. 13b). Esta gente ha trabajado mucho para construir casas cómodas y plantar viñas que mantengan su estilo cómodo de vida. Sin embargo, no podrán vivir en sus casas ya que los babilónicos matarán a muchos y forzarán a los demás al exilio. Esta gente no tendrá oportunidad de gozar de la cosecha de sus viñas o de beber su vino, porque se encontrará en Babilonia.

SOFONÍAS 1:14-16. EL DÍA DE JEHOVÁ SERÁ DÍA DE IRA

14Cercano está el día grande de Jehová,
cercano y muy presuroso;
voz amarga del Día de Jehová;
gritará allí el valiente.

15Día de ira aquel día,
día de angustia y de aprieto,
día de alboroto y de asolamiento,
día de tiniebla y de oscuridad,
día de nublado y de entenebrecimiento,

16Día de trompeta y de algazara,
sobre las ciudades fuertes,
y sobre las altas torres.

“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso” (v. 14a). Aquí habla el profeta de nuevo.

El gran día de Jehová será un día de ira (véanse los comentarios de versículo 7b). Esta frase enfatiza tres veces (“cercano…, cercano y muy presuroso”) que se acerca el día del Señor.

“voz amarga del Día de Jehová; gritará allí el valiente” (v. 14b). Los sonidos del día de Jehová serán de los valientes y del pueblo de Jerusalén gritando y llorando en agonía. Aquí, los valientes podrían ser soldados enemigos o soldados de Judá – o ambos. Es probable que los soldados de ambos lados griten y lloren, pero los soldados del enemigo prevalecerán. Dios lo ha mandado.

“Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento” (v. 15). La devastación que se describe aquí es de tamaño apocalíptico – una condena final.

Este versículo es una letanía de miseria. La frase, “día de,” se repite cinco veces. Las descripciones de cada repetición hablan de una destrucción total.

“Día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las altas torres” (v. 16). El cuadro que tenemos aquí es del ejército enemigo (los babilónicos) sitiando Jerusalén. Las trompetas y los gritos de batalla cumplen tres propósitos. Primero, describen las intenciones del general ante las tropas. Segundo, inspiran a las tropas. Tercero, desmoralizan a la población de la ciudad asediada.

Las fortificaciones de la ciudad tienen murallas altas, puertas fuertes, y grandes almenajes – torres más altas que las murallas desde donde el defensor puede ver al enemigo. Desde ahí se tiene un amplio campo de fuego y un “lugar alto” desde donde lanzar armas sobre las desgraciadas tropas abajo.

Excepto que, en este caso, las tropas que atacan no serán desgraciadas. Serán tropas bien lideradas, bien armadas, y bien entrenadas. Asediarán la ciudad, matándola de hambre hasta rendirse. Utilizarán arietes para romper murallas y puertas. Usarán catapultas para lanzar bolas de fuego y rocas contra las murallas. Usarán escalerillas largas para escalar las murallas. Las fortificaciones y los almenajes de Jerusalén no la protegerán, porque su enemigo será consagrado por el Señor para cumplir la obra sagrada de castigar al pueblo de Jerusalén (véase v. 7d.).

SOFONÍAS 1:17-18. ATRIBULARÉ LOS HOMBRES

17Y atribularé los hombres,
y andarán como ciegos,
porque pecaron contra Jehová:
y la sangre de ellos será derramada como polvo,
y su carne como estiércol.

18Ni su plata ni su oro
podrá librarlos
en el día de la ira de Jehová;
pues toda la tierra
(hebreo: kol ‘eres) será consumida
con el fuego de su celo:
porque ciertamente consumación apresurada
hará con todos los moradores de la tierra
(hebreo: ‘eres).

“Y atribularé los hombres, y andarán como ciegos” (v. 17a). Aquí habla el Señor de nuevo, pero versículos 17 y 18 ambos se refieren al Señor en tercera persona (“pecaron contra Jehová” y “el día de la ira de Jehová”). El profeta relata lo que dijo el Señor, pero no utiliza un manuscrito al pie de la letra. Por lo tanto, el profeta a veces pasa de primera a tercera persona – particularmente cuando utiliza frases como “pecaron contra Jehová” y “el día de la ira de Jehová.”

Gente que ha estado ciega por muchos años desarrolla los demás sentidos para funcionar lo más normalmente posible. Sin embargo, los nuevos ciegos quedarán asombrados por la oscuridad – inmovilizados. Todo lo que hagan será tentativo, sea caminar o alargar la mano para un vaso de agua. Sin ayuda, estos nuevos ciegos están indefensos. Así será con el pueblo de Jerusalén. La aflicción que el Señor le impondrá será de tal magnitud que se quedará atontado – desorientado – indefenso.

Esta profecía se cumple literalmente en el caso de Sedecías, el rey de Judá. Los babilónicos matan a sus hijos delante de él, para que su última memoria sea de ese terrible momento. Después le sacan los ojos, dejándole ciego, y se lo llevan encadenado a Babilonia (2 Reyes 25:6-7).

“porque pecaron contra Jehová” (v. 17b). El pueblo de Judá está relacionado a Yahvé a través del pacto – un pacto que empezó con Abram (Génesis 12:1-3) y que fue renovado con Moisés (Éxodo 24) y Josué (Josué 24) y Joiada (2 Reyes 11) y Ezechîas (2 Crónicas 29:10) y Josías (2 Reyes 23:3) y David (2 Samuel 7:12-17).

En una relación de pacto, ambas partes aceptan responsabilidad. Por ejemplo, en el pacto entre Dios y Abram, Dios requirió que Abram dejara su país para ir a la tierra que Dios le mostraría. A cambio, Dios prometió, “Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición: Y bendeciré á los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2-3).

En las versiones más tardías del pacto, Israel se hizo responsable de guardar las leyes del Tora. Cuando violaban estas leyes, en letra o espíritu, pecaban contra el Señor. Violaciones de este tipo por un lado del pacto excusarían al otro lado de sus obligaciones. Es decir, cuando el pueblo de Dios pecaba contra el Señor, esos pecados le excusarían al Señor de cualquier obligación de protegerlo. En este caso, el Señor hace más que retirar su protección. Comisiona a los babilónicos para ejercer su juicio sobre el pueblo de Jerusalén.

Existe aquí, sin embargo, una nota de gracia no hablada – no hablada hasta los últimos versículos de este libro (3:14-20). El pueblo pasará por un periodo de sufrimiento demasiado horrible para mencionar, pero después el Señor traerá alegría – gran alegría (3:14). El Señor retirará el juicio contra Judá y echará a sus enemigos (3:15).

Es decir, el castigo que el Señor impone será temporáneo – para castigar y limpiar, pero no para destruir. El sufrimiento del pueblo terminará, y disfrutarán de nuevo del favor del Señor. Regocijarán de nuevo.

“y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol” (v. 17c). Pero el momento de restauración se encuentra lejos en el futuro. Cuando los babilónicos ataquen la ciudad, matarán a muchos. Su sangre será derramada como polvo que no vale nada – que ya no es capaz de sostener vida. Sus cadáveres se pudrirán bajo el sol para que su carne se convierta en estiércol.

El pueblo judío, valora mucho el tener un entierro apropiado. Ley judía requiere un entierro apropiado hasta para los cadáveres que se encuentran por el camino (Deuteronomio 21:1-8) y para criminales ejecutados por crímenes capitales (Deuteronomio 21:22-23). Contemplar su propia muerte violenta sin un entierro adecuado sería para el pueblo judío un horror inexplicable.

“Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová” (v. 18a). Era común que la gente bajo ataque ofreciera un tributo – oro o plata pagado al enemigo para comprar la paz. Los babilónicos tomarán su riqueza violentamente, pero no darán paz a cambio. Destruirán Jerusalén, ya que la ciudad está bajo el juicio del Señor – la ciudad experimentará la ira del Señor.

“pues toda la tierra (kol ‘eres) será consumida con el fuego de su celo” (v. 18b). El fuego del celo de Yahvé consumirá kol ‘eres – que puede significar “toda la tierra” o “todo el terreno.” ¿Pretende Yahvé consumir el mundo entero (“toda la tierra”) o solo Judá/Jerusalén (“todo el terreno”)? Según el contexto, seguramente se refiere al segundo.

“porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra”(‘eres) (v. 18c). De nuevo, podemos traducir ‘eres como “tierra” o “terreno.” La primera traducción sugiere un holocausto global, mientras que la segunda sugiere un holocausto más limitado y que afecta a Judá/Jerusalén. Los eventos que siguen (el ataque de Jerusalén por Babilonia, la destrucción de Jerusalén, el cautiverio del pueblo judío en Babilonia) favorecen un holocausto más limitado. No obstante, Robertson dice, “Si el mismo pueblo del pacto de Dios ha de ser destruido, se puede esperar que el universo entero se consuma con ellos” (Robertson, 287).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2010, Richard Niell Donovan