PASAJE BÍBLICO

Génesis 29:15-28

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

GÉNESIS 24-29: EL CONTEXTO

Esta historia se paralela, por lo menos en parte, a la historia de Abraham en busca de esposa para Isaac, hijo de Abraham y padre de Jacob (capítulo 24).

• En la historia anterior, Abraham encargó a su criado con la tarea de encontrar esposa para Isaac, diciendo, “Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los Cananeos, entre los cuales yo habito; Sino que irás á mi tierra y á mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac” (24:2-4).

• En la historia de Jacob, Rebeca se queja con Isaac de las mujeres de Heth, con quienes Esaú se ha casado. Entonces Isaac le dice a Jacob, “No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve á Padan-aram, á casa de Bethuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique…” (28:1-3). La esposa de Isaac y la esposa de Jacob vienen de la misma familia. Ambos el criado de Abraham y Jacob conocen a las futuras esposas en el mismo pozo.

Pero hay una gran diferencia entre las dos historias. Cuando el criado de Abraham busca esposa para Isaac, todos los involucrados buscan la dirección de Dios (24:7, 12-14, 21, 26-27, 50). Sin embargo, en la historia de Jacob no se menciona a Dios después de que Abraham le pida a Dios que bendiga a Jacob. “El Señor parece ausente. Jacob, el mentiroso, busca cumplir la promesa de Dios de tener muchos descendientes a través de su propio ingenio” (Greidanus, 57).

No obstante, Dios sí está presente. La promesa de Dios a Jacob (28:13-15) será cumplida. Las Buenas Noticias para Jacob (y para nosotros) son que un Dios perfecto puede cumplir sus propósitos a través de gente imperfecta como Jacob (y como nosotros) – y que Dios bendice a las personas imperfectas como Jacob (y como nosotros).

También, Dios muestra que favorece a los menos favoritos. Lea, la esposa cuyo corazón se rompe viendo que Jacob prefiere a Rachêl, se convierte en la madre del primer nacido de Jacob (Rubén), y de cinco hijos más, y de la única hija de Jacob. Jesús trazará su linaje con Abraham a través de Judá, uno de los hijos de Lea. Leví, también hijo de Lea, será padre del sacerdocio. La criada de Lea, Zilpa, dará luz a dos hijos más de Jacob. La criada de Rachêl, Bilha, tendrá dos más. Rachêl, la amada de Jacob, tendrá solo dos de los doce hijos de Jacob (José y Benjamín), y morirá durante el parto de Benjamín.

La historia de Jacob en busca de esposa es una historia de negociaciones que al final favorecen a Labán y escatiman a Jacob. Entonces, al considerar este texto debemos repasar las anteriores negociaciones entre Esaú y Jacob, tratos que resultaron en Esaú vendiendo su primogenitura a Jacob (25:29-34) y Jacob engañando a su padre para quedarse con la bendición de Esaú (27:1-29). Cuando Esaú se dio cuenta del engaño de Jacob y de que había perdido su bendición, decidió matar a Jacob – y Rebeca su madre, que favorecía a Jacob, convenció a Jacob que huyera (27:30-45).

Al pedírselo Rebeca (27:46), Isaac mandó a Jacob a Padan-aram para encontrar esposa (28:1-5). Padan-aram es el lugar donde el criado de Abraham había encontrado esposa para Isaac (Rebeca) (25:20). Como veremos, Labán, hermano de Rebeca, aún vive en esta área. La geografía puede confundir porque también hay referencias a Harán (27:43; 28:10), pero Padan-aram es la región y Harán es una ciudad en Padan-aram.

Después tenemos el relato del sueño de Jacob en Bethuel – la escala que sube a los cielos – los ángeles que suben y bajan – y Dios que vuelve a confirmar el pacto anterior con Abraham e Isaac, esta vez escogiendo a Jacob para ser la persona por quien se cumplirá la promesa (28:13-15).

Cuando Jacob llegó a Padan-aram buscando a Labán, conoció a Rachêl, la besó y lloró (29:10-11). Labán abrazó a Jacob y le dio la bienvenida a su casa (29:13-14).

LAS ESPOSAS E HIJOS DE JACOB:

LEA, la primera esposa de Jacob, dio luz a Rubén (el primer nacido de Jacob), Simeón, Leví, Judá, Issachâr, Zebulón, y Dina.

ZILPAH, criada de Lea, tuvo dos hijos: Gad y a Aser.

RACHEL, el verdadero amor de Jacob, tuvo a José y Benjamín. Murió al parir a Benjamín.

BILHA, criada de Rachêl, tuvo a Dan y a Nephtalí.

GÉNESIS 29:15: DECLÁRAME QUÉ SERÁ TU SALARIO

15Entonces dijo Labán á Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me has de servir de balde? Declárame qué será tu salario.

“Por ser tú mi hermano” (v. 15a). Labán le recuerda a Jacob de que son hermanos – una táctica que le desarma:

“¿me has de servir de balde?” (v. 15b). Labán ofrece pagar a Jacob por su trabajo. Aunque al principio esto parezca amable y generoso, Labán resultará ser mucho menos que un amable y generoso benefactor para Jacob. La oferta de pagarle un salario cambia la naturaleza de la relación entre ellos de una relación entre anfitrión y huésped (en la que Labán tendría que mostrar un alto nivel de hospitalidad) a una relación entre propietario y empleado (una relación que requiere menos de Labán y más de Jacob).

“Declárame qué será tu salario” (v. 15c). Labán le dice a Jacob que determine su propio salario. Otra vez, aunque esto parezca generoso, pone sobre Jacob la responsabilidad de pensar en un salario justo. Hoy, negociantes inteligentes saben que hay más probabilidad de llegar a un acuerdo favorable si el otro lado hace la primera oferta. Si la otra persona no tiene experiencia con negociar, es más probable que él o ella proponga un precio razonable. Si pide demasiado, el negociador inteligente sabe que puede utilizar esa oferta para empezar con una contraoferta mejor. Labán, un hombre inteligente que mostrará ser menos que honesto (y débil éticamente) parece intuir la ventaja que se puede ganar al pedirle a Jacob que determine su propio salario.

GÉNESIS 29:16-17: RACHEL ERA LINDA Y HERMOSA

16Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Rachêl. 17Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Rachêl era de lindo semblante y de hermoso parecer.

“Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Rachêl” (v. 16). La mención de Lea, la mayor, y de Rachêl, la menor, nos recuerda de Esaú el mayor y Jacob el menor.

Desde el principio, el narrador dice que Lea es mayor que Rachêl, pero no tenemos ni idea de que este detalle, aparentemente pequeño, sea importante. Sin embargo, Labán lo utilizará más adelante para deshacer el plan que Jacob tiene para casarse con Rachêl y para implementar su propio plan de casar a Jacob con Lea, su hija mayor.

“Y los ojos de Lea eran tiernos” (hebreo: rakkot) (v. 17a). El significado de rakkot es incierto. Significa “gentil, tierno, débil, indeciso. Describe una cualidad deseable al hablar de carne que se consume (Génesis 18:7); pero en una persona indica fragilidad y debilidad (Génesis 33:13; 2 Samuel 3:39)” (Baker and Carpenter, 1053).

En este versículo rakkot se puede traducir como “bello” (NRSV), “débil” (NIV) o “apagado” (REB). Entonces, es posible que el narrador quiera llamar la atención a la apariencia agradable de las dos mujeres. En este caso los ojos de Lea son bellos. Sin embargo, el contexto parece favorecer un contraste entre Lea, mayor y menos bella, y Rachêl, más joven y bella. Si esa es la intención del narrador, los ojos de Lea son débiles o apagados.

Sean bellos o débiles, los ojos de una mujer son importantes particularmente en una cultura en la que las mujeres se tapan la cara con un velo y muestran solo los ojos.

No obstante, los ojos son importantes en todas las culturas. Decimos, “los ojos son una ventana al alma,” queriendo decir que podemos ver el carácter de una persona a través de sus ojos. Hablamos de una persona vital como “de ojos vivos.” Jesús dijo, “La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso” (Mateo 6:22).

“pero Rachêl era de lindo semblante y de hermoso parecer” (v. 17b). Aquí no hay ambigüedad. Ni una larga capa puede cubrir por completo la bella figura de Rachêl y la gracia con que se mueve. No es difícil imaginar a Jacob enamorándose inmediatamente de la belleza y gracia de Rachêl.

GÉNESIS 29:18-19: Y JACOB AMÓ Á RACHEL

18Y Jacob amó á Rachêl, y dijo: Yo te serviré siete años por Rachêl tu hija menor. 19Y Labán respondió: Mejor es que te la dé á ti, que no que la dé á otro hombre: estáte conmigo.

“Y Jacob amó á Rachêl” (v. 18a). Es probable que Labán, un hábil negociador, se haya dado cuenta del deseo que Jacob siente por Rachêl. El hecho que Jacob ama a Rachêl y que Labán lo sabe, pone a Jacob en desventaja.

“Yo te serviré siete años por Rachêl tu hija menor” (v. 18b). En esa cultura, el padre de una mujer puede esperar un pago al dar a su hija en matrimonio. En la mayor parte de los casos, se negocia con el padre del novio, quien paga el precio, pero en este caso Isaac no está presente. Isaac mandó a Jacob a obtener esposa de una de las hijas de Labán (28:1-2) pero aparentemente le envió sin recursos para pagar el precio de la novia. Por eso, Jacob solo puede ofrecer su labor a cambio del precio.

Como es de esperar de un joven enamorado y sin entrenamiento en el arte de negociar. Jacob pone el precio muy alto. Ofrece servir a Labán siete años como pago por Rachêl. Esto lo dice claramente. Su obligación es trabajar siete años. La obligación de Labán es darle “Rachêl tu hija menor” como esposa. De nuevo, al leer las palabras “hija menor,” no tenemos ni idea de que “menor” resultará ser un gran impedimento en el plan de Jacob. Es la segunda bandera roja que nadie observa.

Tenemos poca información que nos pueda indicar el precio justo para una esposa:

• Abraham, un hombre rico, mandó a su criado a la tierra de su nacimiento con diez camellos cargados de “los bienes de su señor” (24:10) para usar como pago a cambio de la esposa de Isaac. Anote que la esposa de Isaac era Rebeca, madre de Jacob. Anote también que los que recibieron los bienes de Abraham eran Bethuel, padre de Rebeca, y Labán, hermano de Rebeca. Este es el mismo Labán que ahora negocia el precio de su hija, Rachêl.

• Deuteronomio 22:29 requiere que un hombre que haya violado a una mujer la tome como esposa, pagándole a su padre cincuenta piezas de plata. No obstante, podemos asumir que este precio es alto para castigar al violador. Es probable que el precio normal de una esposa sea bastante más bajo que cincuenta piezas de plata.

• Un obrero puede recibir por su labor entre media y una pieza de plata al mes. Entonces, siete años de trabajo valdrían entre 42 piezas y 84 piezas de plata (Hartley, 263; Wenham, 235). La cantidad más pequeña sería generosa. La cantidad más alta sería exorbitante. Sin embargo, ya que Jacob ha establecido su propio precio, Labán está en su derecho para aceptarlo.

“Mejor es que te la dé á ti, que no que la dé á otro hombre” (v. 19a). Por lo tanto que Jacob desea a Rachêl, Labán tiene la ventaja en esta negociación. Labán responde de manera inteligente. Complementa a Jacob diciéndole que le prefiere a él sobre otros pretendientes que también esperan recibir la mano de Rachêl – haciéndole ver a Jacob que Labán tiene alternativas para su hija – que existen otros pretendientes que seguramente competirían vigorosamente por el privilegio de casarse con una joven tan hermosa.

Labán no menciona el nombre de Rachêl. Cuando dice, “que te la dé a ti,” Jacob naturalmente pensará que Labán está hablando de Rachêl. No obstante, Labán responde con ambigüedad.

“estáte conmigo” (v. 19b). Labán es ambiguo a propósito. Le da a Jacob la impresión de haber aceptado su oferta, pero sus palabras dejan lugar para manipular la situación.

GÉNESIS 29:20: ASÍ SIRVIÓ JACOB POR RACHEL SIETE AÑOS

20Así sirvió Jacob por Rachêl siete años: y pareciéronle como pocos días, porque la amaba.

“Así sirvió Jacob por Rachêl siete años” (v. 20a). Jacob, que supo engañar a su padre y a su hermano, ahora no lo hace. Acuerda servir siete años a cambio de la mano de Rachêl, y sirve siete años sin quejarse. Sigue los términos del acuerdo con exactitud. Quizá se haya hecho más honorable a medida que ha ido madurando. Lo más probable es que quiere tanto a Rachêl que rehúsa tomar cualquier riesgo que pueda resultar en perderla. En cualquier caso, sus siete años de labor muestran gran capacidad de auto disciplina – perseverancia – lealtad. El torcido de Jacob ahora hace todo lo correcto por su querida.

“y pareciéronle como pocos días, porque la amaba” (v. 20b). Durante estos siete años, Jacob vería frecuentemente a Rachêl. Podemos imaginar que cada vez que la viera aumentaría su ardor y determinación para ganarla. Siete años no le parece un precio tan alto. Casi no le parecen nada comparado con el premio que espera ganar.

GÉNESIS 29:21: DAME MI MUJER

21Y dijo Jacob á Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo es cumplido para que cohabite con ella.

“Dame mi mujer” (v. 21a). Siete años antes, Jacob entró en un contrato que él pensaba claro – siete años de labor a cambio de la mano de Rachêl. Ahora ha llegado el día del pago, y de nuevo Jacob habla clara y directamente, diciéndole (no pidiéndole) a Labán que le pague lo que le debe – su hija Rachêl en matrimonio.

Jacob se refiere a Rachêl como “mi mujer” en vez de “tu hija.” En esa cultura, el compromiso es un contrato legal. En un sentido, Rachêl ya es esposa de Jacob, pero aún no ha recibido el privilegio sexual que acompaña el matrimonio.

“porque mi tiempo es cumplido” (v. 21b). Jacob contrató siete años de servicio, y ha cumplido los siete años.

“para que cohabite con ella” (v. 21c). Esta es otra manera de decir tener relaciones sexuales.

GÉNESIS 29:22-24: LABÁN TOMÓ Á LEA SU HIJA, Y SE LA TRAJO A JACOB

22Entonces Labán juntó á todos los varones de aquel lugar, é hizo banquete. 23Y sucedió que á la noche tomó á Lea su hija, y se la trajo: y él entró á ella. 24Y dio Labán su sierva Zilpa á su hija Lea por criada.

“Entonces Labán juntó á todos los varones de aquel lugar, é hizo banquete” (v. 22). El narrador no nos dice lo que Labán le contestó a Jacob. En vez, nos relata lo que hizo Labán. Reúne a la comunidad para un gran banquete, dándole a Jacob la impresión de cumplir con los términos del acuerdo – siete años de servicio por la mano de Rachêl. Sin embargo, pronto veremos que, como su respuesta en versículo 19, la respuesta de Labán a Jacob solo da la impresión de cumplir sin verdaderamente hacerlo.

Jacob, el mentiroso, debe darse cuenta de que no ha de aceptar ciegamente las acciones de Labán. Sin embargo, igual que Isaac había sido cegado por su edad y engañado por Jacob (27:1), también Jacob es cegado por su amor por Rachêl. El premio está cerca. Todo parece acercarse a un final satisfactorio. Igual que Isaac no podía imaginar que Jacob lo engañaría, Jacob tampoco está preparado para el engaño de Labán.

“Y sucedió que á la noche tomó á Lea su hija, y se la trajo” (v. 23a). Labán cumple con el previo acuerdo con una excepción – sustituye a Rachêl con Lea. Honra su obligación de proveer a su hija como esposa de Jacob, pero le da la hija incorrecta.

“y él entró á ella” (v. 23b). Esta parte de la historia es difícil de entender. ¿Cómo es que Jacob no se dio cuenta de que Labán le había traído la hija incorrecta? ¿Cómo pudo él, habiendo esperado a Rachêl siete años, no darse cuenta de que su mujer no tenía la bella figura de Rachêl? Lea tendría que desarroparse para consumar el matrimonio. ¿Cómo es que Jacob no se dio cuenta de la sustitución antes de tener relaciones con ella?

La respuesta tiene tres partes. Primero, el banquete matrimonial habría incluido vino abundante, y Jacob seguramente bebió libremente. Segundo, lo más seguro es que la novia tuviera la cara cubierta con el velo hasta el momento en que ella y Jacob entrasen en la habitación. Tercero, la habitación estaría oscura. La combinación de estos tres factores facilitó el engaño de Labán, engañando al que engaña.

De cualquier manera, una vez que Jacob entrara con Lea (tuviera relaciones con ella), quedaría obligado a ella como esposo.

“Y dio Labán su sierva Zilpa á su hija Lea por criada” (v. 24). Como era costumbre que el novio pagase un precio por su mujer, también era costumbre que el padre le hiciera un regalo a su hija. Una sierva es un regalo generoso.

Pero el verdadero significado de este versículo será revelado en el futuro, cuando Lea ofrezca a Zilpa a Jacob como concubina y Zilpa dé luz a dos de los doce hijos de Jacob – Gad y Aser (30:9-13).

GÉNESIS 29:25: ¿POR QUÉ ME HAS ENGAÑADO?

25Y venida la mañana, he aquí que era Lea: y él dijo á Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Rachêl? ¿Por qué, pues, me has engañado?

“Y venida la mañana, he aquí que era Lea” (v. 25a). Imagine la sorpresa de Jacob al despertar, seguramente con resaca, y encontrar a la mujer incorrecta en su cama.

“y él dijo á Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Rachêl? ¿Por qué, pues, me has engañado?” (v. 25b). Jacob, que fue claro y directo al establecer su precio y exigir su pago, ahora es claro y directo en su acusación. Le recuerda a Labán que él ha cumplido con su parte del acuerdo. Ha servido sus siete años. No ha protestado ni se ha quejado. Entonces, exige saber porque Labán le ha engañado. Claro, lo que realmente preferiría no es una explicación sino un remedio. No obstante, comprende que al haberse acostado con Lea, está obligado a ella.

Estamos indecisos. En parte, nuestros corazones se rompen al ver el corazón roto de Jacob. Pero también nos alegramos al ver que recibe lo que merece.

Más adelante, Jacob tomará a sus esposas y se irá sin decirle nada a Labán, y Labán dirá, “¿Qué has hecho, que me hurtaste el corazón, y has traído á mis hijas como prisioneras de guerra?” (Génesis 31:26). Esta relación es una de continua tensión.

GÉNESIS 29:26-27: CUMPLE LA SEMANA DE ÉSTA

26Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor. 27Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años.

“Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor” (v. 26). “La menor” y “la mayor” nos recuerdan de Jacob el menor y Esaú el mayor.

Labán responde a la acusación de Jacob explicándole la costumbre local – “No se hace así en nuestro lugar.” Un hombre honrado le hubiera explicado eso cuando Jacob primero acordó trabajar siete años. El pecado de Labán fue uno de omisión – un hecho que no disminuye su culpa.

No obstante, Labán aún tiene la ventaja. Rachêl todavía es su hija para dar o no dar. También, Labán se encuentra en su propio hogar. Jacob, habiendo venido de tan lejos para encontrar esposa, es el que suplica. Jacob, el que engañó a su padre y hermano, ahora es engañado y no hay nada que pueda hacer al respecto.

“Cumple la semana de ésta” (v. 27a). Las festividades de la boda duraban una semana. Jacob y Lea consumaron su matrimonio la primera noche de las festividades. Labán le pide a Jacob que cumpla con la semana – que acepte a Lea como esposa – que contenga su queja pública.

“y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres conmigo otros siete años” (v. 27b). Si Jacob cumple la semana con Lea, Labán promete darle a Rachêl como esposa a cambio de otros siete años de servicio.

El lenguaje de Labán no deja claro si le permite a Jacob casarse con Rachêl al empezar o al terminar los siete años. Esperamos que Jacob clarifique la situación antes de ponerse de acuerdo, pero el narrador no nos dice si tomaron lugar más negociaciones.

En el futuro, Levítico 18:18 prohibirá que un hombre se case así con dos hermanas.

GÉNESIS 29:28-30: Y AMÓLA A RACHEL MÁS QUE Á LEA

28E hizo Jacob así, y cumplió la semana de aquélla: y él le dio á Rachêl su hija por mujer. 29Y dio Labán á Rachêl su hija por criada á su sierva Bilha. 30Y entró también á Rachêl: y amóla también más que á Lea: y sirvió con él aún otros siete años.

Estos versículos no aparecen en la lectura del leccionario, pero el pastor debe estar enterado de ellos. Como se anota arriba, Jacob tendrá hijos por medio de cuatro mujeres – Lea, Zilpa, Rachêl, y Bilha.

Labán le da Rachêl a Jacob al comenzar los segundos siete años de servicio en lugar de al final. Jacob, quien más adelante tomará a sus mujeres y huirá (31:1-21), se queda para cumplir sus siete años.

El hecho que Jacob ame a Rachêl más que a Lea le causa a Lea bastante dolor. Pero Lea tendrá la consolación de poder tener hijos mientras Rachêl permanece sin hijos por mucho tiempo (29:31-35).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

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Copyright 2009, Richard Niell Donovan